España cuenta con 8.084 matronas colegiadas, pero siguen sin ser suficientes. El déficit que rodea la profesión cada día es más urgente y el poco conocimiento sobre sus competencias, tanto por parte de la población como de las propias organizaciones merma la visibilidad del trabajo de este colectivo.
Así, el 76% de las matronas en España afirma conocer casos reales de intrusismo profesional en este ámbito. El déficit de matronas (enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología) en nuestro país, situado entre el 40 y el 50%; el escaso relevo generacional y el lento desarrollo de competencias, está poniendo en riesgo la salud de madres y recién nacidos.
En este contexto, el Consejo General de Enfermería (CGE), junto con su Instituto Español de Investigación Enfermera y las vocales y representantes matronas de los colegios de enfermería de España han llevado a cabo el mayor estudio sociodemográfico realizado hasta la fecha donde exponen datos de la situación real de las enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología.
Según estos datos, aunque gran parte de las matrona reconoce saber de estos casos de intrusismo en la profesión, solo el 5% ha tramitado alguna vez una denuncia ante este tipo de situaciones. Esto se debe a las barreras y complicaciones que las matronas encuentran al intentar denunciar estos casos, encontrándose con un arduo proceso de tramitación.
¿Por qué hay intrusismo en esta profesión?
La falta de matronas está provocando que otros profesionales sanitarios desempeñen las funciones que corresponden a estas enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología.
También “existe intrusismo por parte de otros agentes no profesionales, sin formación sanitaria reglada como es el caso de las doulas y de profesionales de otros ámbitos que entran en actividades propias del marco competencial de las matronas”, explica Noelia Rodríguez, vocal matrona del Colegio de Enfermería de Alicante. Además, señala a los nutricionistas, profesionales del deporte e incluso enfermeras que llevan a consultas de embarazo “debido a este déficit y precariedad latente en algunas comunidades autónomas”.
En conclusión el déficit de matronas y por ende, el intrusismo en la profesión, están debilitando cada vez más el derecho de todos los pacientes a ser atendidos por el profesional mejor cualificado en cada caso.
Escasez de matronas
Otro de los puntos preocupantes dentro de la profesión es la escasez de especialistas en ámbitos como Atención Primaria, hospitalaria o en otros como el de la Salud Sexual y Reproductiva.
Según los resultados del estudio, el 66% de las matronas tienen entre 31 y 55 años, y un 6% tiene entre 61 y 67 años. Estos porcentajes reflejan un inminente problema de cobertura de plazas por la necesidad de reemplazo ante la cercana edad de jubilación de estas profesionales.
Además, la falta de matronas también lleva a solicitar la cobertura de turnos de esta profesionales fuera de su propio horario de trabajo. El 90,2% de las encuestadas asegura haber cubierto turnos fuera de su horario establecido. Esta situación la han sufrido el 30% de ellas desde hace más de cinco años. En este mismo contexto, el 39% de las matronas se muestran preocupadas ante la falta de contrataciones nuevas en sus servicios y centros de trabajo a la hora de cubrir permisos, vacaciones y reducciones de jornada, lo que afecta directamente en la carga de los equipos asistenciales.
Calidad de la formación
Las propias matronas también destacan la calidad de la formación como otro tema que está afectando a la profesión. En los últimos años se ha observado un incremento del número de cursos, talleres o actividades formativas no oficiales para conseguir la especialización en Obstetricia y Ginecología. Cursos que no cumplen con los requisitos ni la calidad formativa necesaria para ser matrona.
Según los resultados recopilados con el estudio, el 84% de las matronas en nuestro país manifiestan que en su comunidad autónoma no están desarrolladas todas las competencias para las que están formadas.
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