Hace un tiempo ya que la Casa Real española mostró ciertos cambios en su estrategia de comunicación. En concreto, ya con la marcha de la infanta Sofía a Gales para estudiar bachillerato, el perfil de Twitter de la Zarzuela comenzó a ser más familiar y cercano con sus seguidores. En concreto, una de las imágenes del inicio de curso en la que la infanta Sofía aparece acariciando a su perro Jan justo antes de poner rumbo a Gales, demostró una familiaridad que los reyes llevaban mucho sin trasmitir.
Pues bien, la historia continuó, y en los meses posteriores también se habían dejado ver algunas pinceladas de esta nueva dirección en su estrategia corporativa como son: el selfie en la graduación de Leonor, los abrazos en Mallorca cuando acostumbraban a posar más bien rígidos o la euforia de la reina Letizia y la infanta Sofía tras la victoria en el mundial de fútbol de Australia, donde celebraron como si fueran dos más de la expedición.
Por tanto, un cambio que para expertos que trabajan en el sector de la comunicación, es una realidad y tuvo su “punto de inflexión” hace dos años cuando Leonor se marchó a Gales. “Era una estampa familiar, era algo que no acostumbrábamos a ver y se valoró positivamente”, defienden. Y es que, esas fotos de despedida en el aeropuerto, todos con ropa muy casual, abrazándose, ella tirando de su maleta… Es una cosa que no habíamos visto nunca ni con Leonor y Sofía, ni con sus padres.
Meses atrás, y como siguen explicando los expertos, “la comunicación era diferente, transmitía un mensaje diferente porque se estaba construyendo la imagen de Felipe como futuro jefe de Estado y después como recién nombrado jefe de Estado entonces era todo mucho más encorsetado porque el objetivo era diferente. Mientras que ahora, ya en ese papel, toca otro tipo de comunicación mucho más adaptada a lo que la España de 2023 quiere de un jefe de Estado y su familia, siguiendo el ejemplo de otras casas reales europeas”.
La Casa Real se abre Instagram
Ahora bien, viendo que estos cambios eran positivos para su imagen, en este proceso de cambio de estrategia a una más cercana y familiar, hace pocos días que la Casa Real ha dado un paso más allá y lo ha hecho con la apertura de una cuenta “Real” en una de las redes sociales más empleadas por los jóvenes: Instagram.
Según los expertos, el objetivo que se suele buscar con la presencia en las redes es conectar especialmente con el público joven, pero es verdad y hay que tener en cuenta que Instagram ya no sólo lo consume este segmento de la población y que funciona más bien como “una hoguera de las intimidades”. En este sentido,en el sector de la comunicación se considera que esta red social “ha permitido acercar aquella parte oculta del poder al ciudadano, siendo un espejo para la emocionalidad”.
La han inaugurado con una recopilación de diez fotografías y una reel de un minuto de los actos de celebración de este pasado miércoles, con el que en poco más de dos horas el perfil tenía ya más de 13.000 seguidores. La casa real abre así su tercer perfil en una red social, tras lo que tiene en X –que abrió en el 2014 y tiene más de un millón de seguidores– y en YouTube –abierto en el 2012 y que cuenta con cerca de 250.000 suscriptores.
Unos tiempos, que a pesar del cambio en su estrategia de comunicación que estas cuentas demuestran, dejan ver que, en comparación con otras familias reales europeas, la familia real española “va tarde, muy tarde”, en su camino a una imagen más cercana y moderna. Y es que, la española es una de las casas reales que más tarde ha subido al tren de Instagram, propiedad de Meta.
La familia real británica, por ejemplo, está ahí desde el 2013, tiene casi 5.000 publicaciones y más de 13 millones de seguidores, además de perfiles para los príncipes Guillermo y Catalina de Gales. De todas las demás monarquías europeas, sólo la de Liechtenstein no tiene presencia en Instagram. La última del mundo en sumarse fue la japonesa, que abrió el perfil hace tres meses y tiene ya 1,6 millones de seguidores.
En definitiva, el cambio de imagen realizado con la incorporación de las infantas a la vida pública de la Casa Real, es algo positivo, pero a su vez los expertos en comunicación reflejan que se trata de una transformación tardía, si comparamos su ritmo y su nivel de cercanía con el de otras monarquís europeas.
“Es cierto que al final son una institución y tienen que llevar a cabo una comunicación institucional acorde con la sociedad en la que se encuentran, pero esto no quita que a su vez y con ciertos límites, sea necesraio mostrar una cara más humana para ganarse la confianza de sus ciudadanos”, explican los expertos.
Seguiremos informando…
Respira y disfruta:
