Con la llegada del verano, pasamos más tiempo al aire libre y nuestros ojos están más expuestos a los dañinos rayos ultravioleta (UV) del sol. La protección ocular es fundamental para prevenir daños a corto y largo plazo, especialmente en niños y personas mayores, quienes son más vulnerables a las afecciones visuales.
La radiación UV puede causar daños severos en los ojos, como la queratitis (inflamación de la córnea) y a largo plazo, enfermedades como cataratas y degeneración macular. Utilizar gafas de sol con protección UV400 es esencial para bloquear casi el 100% de los rayos UV y proteger la vista. Las lentes polarizadas también reducen el deslumbramiento, mejorando la comodidad visual.
Protección para los más pequeños y nuestros mayores
Los ojos de los niños son más sensibles a la luz UV ya que sus cristales del ojo son más claros y permiten que más radiación entre en el ojo. Es crucial enseñarles desde pequeños la importancia de usar gafas de sol adecuadas que ofrezcan protección completa contra los rayos UV.
A medida que envejecemos, nuestra visión cambia y nos volvemos más susceptibles a enfermedades oculares. Las gafas de sol no solo proporcionan confort al reducir el deslumbramiento, sino que también ayudan a prevenir o retrasar la progresión de enfermedades relacionadas con la edad, como las cataratas.
Glaucoma y peligros oculares
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que daña el nervio óptico, causando pérdida de visión. La detección temprana a través de exámenes oculares regulares es crucial. Además del glaucoma, enfermedades como la degeneración macular y las cataratas pueden agravarse con la exposición solar, haciendo vital el uso de protección ocular.
Proteger nuestros ojos del sol no es solo una cuestión de comodidad, sino una necesidad para preservar nuestra salud visual a largo plazo. Tanto niños como mayores deben adoptar el hábito de usar gafas de sol con protección adecuada y realizar revisiones oculares periódicas para mantener una buena salud ocular.
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