Pocos años son como lo está siendo 2024: el año de las superelecciones. Según el Anchor Change Election Cycle Tracker, más de 60 países se han enfrentado -y se enfrentarán- a elecciones nacionales, en las que alrededor de 2.000 millones de votantes (una cuarta parte de la población mundial) han ejercido -y ejercerán- su derecho al voto. Pero más allá de estas estadísticas, hay elementos cualitativos… ¿Por qué gana un candidato?
Para responder a esta inquietud, desde PRNoticias conversamos con Aleix Sanmartín, galardonado el pasado agosto, por segunda vez, como “Consultor del Año” en los Napolitans Victory Awards 2024 en Washington, D.C. Doctor en Comunicación Política por la Universidad Complutense de Madrid y destacado estratega político, representa una de las voces más cualificadas para hablar de campañas electorales y candidatos. No en vano ha trabajado en decenas de campañas presidenciales en España y América. Y sobre su experiencia, desarrolla su argumento.
¿Por qué gana un candidato?
Se suele decir que los candidatos que primero y mejor definen el sentido de las elecciones suelen ser los que más probabilidades de éxito tienen. Lo que está en juego en una campaña electoral es definir la lógica del voto, en otras palabras, qué pregunta queremos que los ciudadanos contesten con su voto el día de las elecciones. A esto también se le llama enmarcar el discurso –to frame– o imponer el relato. El candidato que es capaz de enmarcar las elecciones tiene gran parte del juego ganado.
¿Antes, igual que ahora?
Antes, las distintas narrativas se establecían exclusivamente en el tablero de los medios de comunicación. Eran disputas por imponer la narrativa de un candidato dentro de una agenda de medios. Y esa narrativa se construía a partir de encuestas de opinión. Hoy, las encuestas de opinión siguen siendo útiles, pero contamos con infinidad de fuentes de datos que nos permiten realizar modelos analíticos y predictivos infinitamente más precisos y poderosos que los que aportan únicamente las encuestas. Esos modelos, nos permiten obtener microsegmentos y perfiles a los que impactar casi individualmente. Ya no tenemos que construir una única narrativa e impulsarla, podemos tener tantas narrativas como perfiles y narrarlas individualmente.
¿Y cómo será en el futuro?
Hay un nuevo paradigma en la comunicación política que es la transición de los media a los datos. Estoy convencido de que en el futuro las disputas electorales no serán por la influencia de los medios de comunicación, serán batallas por los datos. Y nosotros ya estamos ese futuro.
¿Qué elementos debe tener una buena campaña electoral, en general?
El padre de la consultoría política contemporánea, Joseph Napolitan, decía que los tres elementos determinantes en el éxito de una campaña electoral son, por importancia, el candidato, la estrategia y los recursos -tanto económicos, como temporales y humanos-.
¿Y cuáles no debe tener?
Carencia de profesionales en el diseño y ejecución de la estrategia de campaña, datos objetivos provenientes de investigaciones cuantitativas y cualitativa para la toma de decisiones y falta de disciplina y rigor en la ejecución del mensaje.
¿Aplica a todas las campañas electorales, o en cada país, cada región e incluso, cada momento, cambian estos elementos?
Nuestra metodología para el diseño de estrategias electorales es igual en todos los países y mercados. Entiendo la estrategia y comunicación política basada en el método científico. Quizás porque provengo de la sociología académica o porque las decisiones basadas en la intuición, la tradición o la opinión de los gurús, ya hace mucho tiempo que quedaron obsoletas, tanto en el mundo de la política como en las organizaciones y la empresa. La política en el siglo XXI debe estar basada en la construcción de hipótesis que serán contrastadas o refutadas a través de la investigación, tanto cualitativa como cuantitativa. Afrontamos la construcción de una estrategia electoral como un problema de investigación que debe ser acotado mediante una pregunta de investigación que guíe todo el proceso de diseño estratégico. Lo que, sin duda, cambia es el contexto, la cultura política y el sistema electoral.
Si las elecciones generales en España fuesen hoy, ¿qué elemento debería tomar en cuenta un candidato, y cuál debería evitar a toda costa?
Los candidatos deben entender el contexto en el que se van a desarrollar las elecciones, cómo es la sociedad a la que buscan gobernar (demográficamente, económicamente y psicológicamente) y como es el electorado, en concreto, al que deben persuadir. A partir de ahí, deben construir un discurso que movilice a su base partidaria (voto duro y suave) y que atraiga a los votantes sin adhesión partidista.
En el caso de EE. UU. ¿Qué elementos deben considerar Trump y Harris?
Hay tendencias que son comunes en todas las campañas contemporáneas: la conversación digital y el advenimiento de los influencers y generadores de contenido, el uso de poderosas narrativas que apelan a lo emocional contra un antagonista, la utilización del bigdata y la microfocalización en los mensajes, la irrupción de la IA.
En Latinoamérica, ¿qué debe tener en cuenta un candidato presidencial para ganar una elección?
Lo mismo que en España.
Y en Venezuela, ¿aplica todo lo anterior?
En mi opinión, Venezuela no reúne las condiciones mínimas para que pueda ser considerado un país con elecciones libres y democráticas.
Seguiremos Informando…