En la Tierra a lunes, octubre 14, 2024

CON GRANDES RESULTADOS

Olympia, a la vanguardia de numerosas novedades oftalmológicas

LA CIRUGÍA LÁSER CORRIGE MIOPÍAS Y ASTIGMATISMOS

El centro médico-quirúrgico ofrece a sus pacientes más jóvenes una cirugía de láser que corrige miopías y astigmatismos o diferentes modelos de lentes intraoculares.

La visión siempre ha sido un órgano fundamental, pero últimamente más aún, especialmente por el estrés a la que se ve sometida por el uso de pantallas. En ese sentido, el centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud se sitúa, cada vez más, como referente en cirugía oftalmológica. El doctor Alfredo Castillo, Jefe de Servicio de Oftalmología, asegura que, “aproximadamente la mitad de las intervenciones que realizamos están relacionadas con el cristalino. Unas son por catarata, que es la operación de cristalino cuando hay cierta opacidad, y otras son por un cristalino no opacificado, que se llama facolensectomía”.

Esta última, añade, se puede llevar a cabo en ojos que no han desarrollado una catarata, para reducir los defectos refractivos, es decir, la miopía, la hipermetromía, el astigmatismo y la vista cansada. Ambas intervenciones, no obstante, se realizan con la misma técnica. Por tanto, según el experto, hay una cirugía que se debe a una indicación médica, como es la catarata “que actualmente operamos antes porque cada vez necesitamos más agudezas visuales, en actividades como la conducción, el uso de ordenadores, los hobbies, jugar al golf, deporte muy exigente a nivel visual…; por lo que esta intervención mejora la calidad de vida de esas personas”.

Sin embargo, apunta, también realizan esta cirugía en un porcentaje muy alto de pacientes que no quieren depender de las gafas o, por lo menos, en la mayoría de sus actividades diarias. Por ello, el Servicio de Oftalmología de Olympia dispone de numerosos modelos de lentes intraoculares, como la trifocal, para las tres distancias -lejos, medio y cerca; la de foco extendido, para lejos y medio, “ya que, para cerca, es necesario que el paciente utilice gafas de pequeña graduación. Sin embargo, este tipo de lente aporta más nitidez de lejos, muy beneficioso en un deporte como el golf”, explica el Dr. Castillo.

Hay que adaptar cada lente a la anatomía o estructura del ojo de cada paciente, además de a sus necesidades y expectativas. Por lo tanto, apunta, es fundamental que el equipo médico indique bien el tipo de intervención según las circunstancias del ojo de cada paciente: “Ahí radica el éxito de la cirugía”. En ese sentido, asegura que la satisfacción respecto a la lente multifocal es muy alta.

Tal y como señala el especialista, actualmente, al paciente joven le ofrecen una cirugía de láser que corrige miopías y astigmatismos, así como lentes intraoculares “diferentes de las que ponemos en los pacientes mayores porque, en este caso, colocamos esa lente en el ojo sin necesidad de quitar nada, como el cristalino. El paciente sale muy satisfecho de la intervención porque entró al quirófano prácticamente sin ver y, al salir, ve perfectamente. La calidad de vida mejora notablemente”. En ese sentido, asegura que la oftalmología es un campo de la medicina en el que los resultados son cada vez mejores: “Es una suerte tener estos resultados. El feedback es muy bueno”.

Principales novedades en oftalmología

Según el Dr. Carlos Palomino, también jefe de Servicio de Oftalmología de Olympia, en la actualidad hay varias novedades en la especialidad. A pesar de que la técnica para la corrección de la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia está “muy depurada”, asegura que van saliendo nuevos diseños de lentes multifocales que permiten una visión funcional, es decir, realizar todas las actividades diarias sin necesidad de utilizar gafas.

“Sobre todo, hacemos mucho hincapié en la visión intermedia, que es la que más se utiliza. En concreto, utilizamos un 30 % la lejana, como en la conducción; un 40 % la intermedia, con el uso del ordenador, fundamentalmente, y un 30 % la cercana, con la lectura”, detalla Palomino.

Por otro lado, subraya la necesidad de incidir en el ojo seco, “una dolencia que protagoniza el 30 % de nuestras consultas médicas, debido al uso de ordenadores, pantallas, etcétera. Además, las mujeres, a partir de los 40 o 50 años, cuando llegan a la menopausia o cuando la protección de hormonas empieza a descender, los síntomas de ojo seco son mucho mayores”. En ese sentido, asegura que ya hay tratamientos nuevos y que se está haciendo muchos estudios en relación a la Enfermedad de Ojo Seco (EOS).

El Dr. Alfredo Castillo reconoce que cada vez es más frecuente encontrar pacientes con esta dolencia: “Gran parte de la población la sufre, especialmente en Madrid, una región con mucha sequedad ambiental. En invierno, por ejemplo, las calefacciones, los interiores, etcétera, hacen que aumente el número de personas con ojo seco”.

La luz pulsada es otro avance destacable que vamos a tener muy pronto en Olympia, asevera el Dr. Palomino. Consiste en una luz cuya longitud de onda es muy similar a la del láser, que elimina la grasa que se forma en la lágrima y que produce la sequedad ocular. Es lo que se llama Disfunción de las Glándulas de Meibomio (DGM): “Ese láser disminuye el exceso de esa capa lipídica en la lágrima, haciéndola más estable, mejorando su calidad”, sostiene el oftalmólogo.

Además, cabe destacar nuevos tratamientos para la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), la causa más frecuente de ceguera en el mundo occidental. En ese sentido, el Dr. Castillo asegura que el centro médico-quirúrgico madrileño cuenta con fármacos en formato de inyección para intentar frenar o controlar esta dolencia.

En lo que se refiere al glaucoma, Olympia pone a disposición de sus pacientes unos dispositivos llamados MGIS (Minimally Glaucoma Invasive Surgery), “un nuevo tipo de cirugía mínimamente invasiva que controla la presión intraocular, el factor de riesgo más grande en el glaucoma”. Esta intervención, más rápida y con menos efectos secundarios para el paciente, “es muy interesante para controlar esta enfermedad que padece un 5 % de la población y que, si no se detecta y no se va al oftalmólogo, no da síntomas hasta que está muy avanzada. El problema es que es la enfermedad más silente que hay, por lo que es peligrosa”. Por ello, el experto recuerda la importancia de hacerse un control oftalmológico a partir de los 40 años para detectarlo a tiempo.

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