La inmunización es esencial para los sistemas de salud globales, ya que previene enfermedades mortales y promueve una vida más saludable. Los calendarios de vacunación han logrado altos índices de inmunización, reduciendo la incidencia de enfermedades infecciosas como la difteria y la poliomelitis. Sin embargo, medir los beneficios de la vacunación a nivel global es complicado. Para abordar esta cuestión, GSK, junto con expertos, ha realizado un estudio titulado “Cost-benefit analysis of the National Immunization Program in Spain”, que evalúa la relación coste-beneficio del calendario nacional de vacunación en España.
El análisis compara el impacto sanitario y económico de vacunar a una cohorte de recién nacidos a lo largo de sus vidas frente a no vacunarlos. Se consideraron dos escenarios: el calendario de vacunación de 2020 y un calendario ampliado que incluye programas adicionales para rotavirus, meningococo B, tosferina y herpes zóster. Los resultados se presentan en términos de coste-beneficio, mostrando el retorno económico por cada euro invertido en estos calendarios.
Los hallazgos indican que la inversión total para vacunar a la cohorte según el calendario de 2020 sería de 168,5 millones de euros, mientras que con el calendario ampliado ascendería a 275,5 millones de euros. Los beneficios potenciales serían de 772,2 millones y 803,0 millones de euros, respectivamente, resultando en una ratio de coste-beneficio social de 4,58 € para el calendario de 2020 y de 2,91 € para el ampliado. Además, se destaca que el 54% del retorno corresponde a beneficios sociales que van más allá de la salud individual.
El estudio también resalta el gran beneficio social de la vacunación infantil, ya que los calendarios pediátricos están más desarrollados y los niños pueden beneficiarse de las vacunas a lo largo de su vida. Aunque la vacunación en adultos también tiene un impacto positivo, se estima que el retorno podría ser de 19 euros por cada euro invertido en programas específicos para adultos. Esto subraya la importancia de proteger a las personas mayores, quienes son más vulnerables a enfermedades infecciosas. La Dra. María Fernández Prada, una de las autoras del estudio, enfatiza la necesidad de proteger a las personas mayores, dado su mayor riesgo de enfermedades infecciosas.
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