Hoy en día, las personas interactúan con las marcas de una manera cada vez más cercana y bidireccional. Las siguen en redes sociales, conocen sus historias, comentan, comparten y generan un flujo constante de interacción. En este contexto, ya no se trata solo de hablar, sino también de escuchar, y aquí es donde el User Generated Content (UGC) cobra relevancia.
El UGC es el contenido que los propios usuarios, seguidores o consumidores generan de manera espontánea y voluntaria en torno a una marca. Se trata de historias, momentos, comentarios y opiniones reales hechas por gente real, lo que lo convierte en un recurso de alto valor para las empresas, que buscan conectar con sus audiencias de una forma más auténtica y efectiva.
Y es que, según un estudio de Trescom, el UGC tomará aún más protagonismo en 2025: el 60% de los consumidores afirma confiar más en el contenido generado por otros usuarios que en el creado directamente por las marcas y se estima que los vídeos cortos representarán más del 75% del consumo total de videos en redes sociales este año. Con un importante peso de los contenidos cortos y dinámicos, centrados en mensajes inclusivos y cercanos, este tipo de contenido se posiciona como una herramienta clave para las marcas que quieran destacar en un entorno saturado de mensajes corporativos.
Los consumidores creen en sí mismos
Esta preferencia responde a varias razones. Los consumidores perciben el UGC como información veraz, al estar basado en experiencias reales, sin dinero u otro tipo de intereses detrás, que generan una mayor conexión emocional. Además, funciona como una poderosa prueba social: ver a otros usuarios disfrutar de un producto o servicio valida su elección y fomenta la confianza en la marca. En un mundo donde la autenticidad es cada vez más valorada, el UGC ofrece una ventana a la realidad que las marcas deben aprovechar.
Asimismo, la humanización de las marcas también será esencial en 2025. Las empresas continuarán enfocándose en mostrar sus valores y autenticidad, compartiendo historias de sus empleados y procesos internos, siempre con mensajes inclusivos y cercanos a la realidad. Las audiencias demandan representación y personalización, lo que llevará a una mayor adaptación de los mensajes al comportamiento del público.
También la sostenibilidad seguirá consolidándose como un eje central en las decisiones de compra y en la comunicación de las marcas, lo que obligará a las empresas a comunicar sus logros ambientales de forma honesta y accesible, evitando el greenwashing, y ayudándose del contenido generado por los propios usuarios en torno a sus políticas de ESG.
Así, el factor humano seguirá siendo el elemento diferenciador. Escuchar al público y apostar por ser lo más auténtico posible serán las claves para que las marcas puedan conectar con sus audiencias y mantenerse relevantes en el mercado.
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