En la Tierra a viernes, enero 24, 2025

SU DISCURSO GENERA MIEDO, ORGULLO, INDIGNACIÓN, INSPIRACIÓN, ESPERANZA…

Marketing político emocional: Así convierte Trump a sus seguidores en activistas

ÓSCAR PINEDA, DIRECTOR DE MARKETING DE UTH FLORIDA UNIVERSITY, EXPLICA A PRNOTICIAS CÓMO SERÁ EL MANEJO DE LAS EMOCIONES EN ESTA SEGUNDA LEGISLATURA

“La estrategia de marketing político de Donald Trump está llena de elementos emocionales. Su eslogan Make America Greate Again MAGA es un mensaje que apela directamente a la nostalgia de un pasado mejor que muchos estadounidenses anhelan recuperar. También están cargados de emociones los mensajes transgresores que ha usado en su campaña, en los que ha dicho cosas que ningún político se atreve. La polémica que crea no es algo casual, siempre es muy certera y demuestra que lleva intrínseca una estrategia de marketing político emocional”. Óscar Pineda

El marketing político emocional, o neuropolítica según las nuevas corrientes, es una disciplina que surge de combinar ciencias políticas, estrategias de marketing y gestión de las emociones. A través del uso de diferentes herramientas y recursos de comunicación, su objetivo es influir en las percepciones emocionales de los electores estableciendo una conexión directa con el candidato, ya sea por su propuesta, su ideología o, incluso, su persona. La historia contemporánea tiene muchos ejemplos, el más reciente: Donald Trump. Pero, ¿cómo lo hace?

Óscar Pineda, director de marketing de UTH Florida University, universidad situada en el estado de Florida dirigida especialmente a la comunidad hispana, ha visto en primera persona, durante la reciente campaña electoral del nuevo inquilino de la Casa Blanca, cómo su estrategia de marketing ha impactado en las emociones, no sólo de los votantes nacidos en Estados Unidos sino de los latinos.

“La estrategia de marketing político de Donald Trump está llena de elementos emocionales. Su eslogan Make America Greate Again MAGA es un mensaje que apela directamente a la nostalgia de un pasado mejor que muchos estadounidenses anhelan recuperar. También están cargados de emociones los mensajes transgresores que ha usado en su campaña, en los que ha dicho cosas que ningún político se atreve. La polémica que crea no es algo casual, siempre es muy certera y demuestra que lleva intrínseca una estrategia de marketing político emocional”, explica Pineda a PRNoticias.

Explica el experto que en esta legislatura, las estrategias de marketing político emocional van a ser más fuertes, si cabe, a juzgar por los efectos que ya ha causado. “Su eslogan promueve a sentir un valor patriótico, aunque no seas de Estados Unidos. Él va a mantener esta postura y visión, y a hacer que los votantes sientan como suya esa misión”, asegura.

El efecto en los seguidores

Mani, inmigrante cubano residenciado en Fort Lauderdale, Florida, condujo el pasado 20 de enero unas 15 horas hasta Washington DC sólo para asistir a los actos de investidura. Esa misma noche, condujo de regreso los 1.600 kilómetros que separan a ambas ciudades. “Vale la pena”, dijo a PRNoticias mientras hacía una larguísima cola con la esperanza de entrar al estadio Capital One Arena, donde se desarrolló parte de la agenda a causa del frío extremo. “Estoy aquí apoyando a Trump y lo he apoyado desde el principio porque es una persona que ama a los inmigrantes. Es una mentira que es racista. Lo único que tiene contra los inmigrantes es contra los que vienen a hacer desastres, a cometer crímenes y abusos”, dijo.

El salvadoreño José García también hizo la cola para acceder al recinto. Junto a su esposa, llegó desde el aledaño estado de Virginia para apoyar a Trump el primer día de su segundo mandato. “Los cuatro años que estuvimos con Donald Trump no hubo guerras, la gasolina estaba barata, la gente estaba muy bien. Esa es la esperanza de toda esta gente que está aquí, por eso ganó el voto mayor. Las noticias lo que han hecho es pintarlo como un hombre racista, una persona mala, lo peor para la democracia y no es así”, dijo a PRNoticias.

Lo mismo piensa la dominicana Francia de Jesús, llegada desde Filadelfia solamente para la ceremonia “para apoyarlo en este lindo camino que va a tener ahora para hacer a América grande otra vez. Lo apoyo porque no está a favor del aborto, cree en Dios y no apoya que los niños entren a los baños con las niñas, los valores que tenían los demócratas en contra de la familia tradicional”. Regresaba al día siguiente a su casa, no sin antes decirle a Trump a través de los micrófonos de PRNoticias: “Lo amo. Es un hombre valiente, un héroe, bendecido por Dios, que ha luchado grandes batallas”.

De seguidores a activistas

El marketing político emocional diseñado minuciosamente para lograr los objetivos y difundido a través de los canales idóneos, hace que los electores adopten una idea, una propuesta o una posición política, sin apenas cuestionarse por qué lo hacen. Es capaz de infundir miedo hacia el contrincante, impulsar la sensación del voto valioso, generar apego y pertenencia a una causa mayor, motivar para generar confianza en un personaje “ejemplarizante” y otros sentimientos que, en definitiva, logran el voto, el apoyo incondicional y la defensa apasionada y extrema de ideas, creencias o personas.

“En el caso de Trump, su estrategia de marketing emocional genera al menos cinco emociones: miedo, orgullo, indignación, inspiración y esperanza. Por ejemplo, los estadounidenses se caracterizan por estar orgullosos de su país, y Trump promete devolverle a Estados Unidos su grandeza, pero también infunde miedo porque habla de amenazas externas como la inmigración ilegal y el peligro comercial que representa China”, explica el profesor Pineda.

Considera el experto que la estrategia de marketing político emocional usada por Donald Trump convence a sus seguidores y los convierte en activistas, tanto, que en algunos casos podrían rozar al fanatismo. “Un votante convencido por estas estrategias emocionales puede llegar a ser un activista sumamente comprometido con la causa, justificar lo que no se puede justificar, ser parte de un movimiento y tomarlo como suyo. En el caso de Donald Trump, además de ser una persona pública, es una marca. Y estas técnicas lo que hacen es generar un sentido de pertenencia a él, a sus valores y a su forma de ser, como si fueras parte de sus causas. En este momento es uno de los pocos políticos en el mundo que ha logrado ese apego con sus seguidores”, concluye Óscar Pineda.

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