Muchos barones del Partido Popular (PP) atribuyen los malos resultados obtenidos en las últimas elecciones andaluzas a problemas en su estrategia de Comunicación. Y es que entienden que si el electorado no ha comprendido las decisiones del partido es porque no se han sabido explicar bien, por lo que existe un problema de base que hay que solucionar. Esperanza Aguirre, presidenta de la formación en Madrid, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, o José Antonio Monago, presidente de la Junta de Extremadura, son algunos de estos integrantes del PP que solicitan ‘un cambio de tercio’ para resolver los ‘problemas de discurso’ de los que adolece el partido de Mariano Rajoy. Las Nuevas Generaciones también han arremetido contra la escasa Comunicación del PP.
El PP se encuentra inmerso en un debate interno que busca solucionar los problemas de Comunicación que han marcado su estrategia en las elecciones andaluzas, con el fin de poner solución a otra posible ‘debacle’ de cara a los comicios que se celebran en mayo, y donde el partido se juega mantener su hegemonía en casi todas las regiones españolas. María Dolores de Cospedal, número dos de la formación, y Carlos Floriano, vicesecretario y portavoz del Partido Popular, ha sido los dos nombres que más se han visto tocados tras los resultados andaluces. Los más críticos dentro del seno del partido ponen en ellos el foco de estos malos resultados y apelan a una mayor cercanía con el ciudadano, a la vez que proclaman la necesidad de ir a las televisiones, como sus rivales políticos, en vez de aparecer detrás de un plasma, como ya ha ocurrido con Mariano Rajoy.
Además, reclaman caras nuevas, como Pablo Casado, que fue el único que apareció ante los medios para comentar los resultados en Andalucía y ‘capear’ el temporal que se le venía encima al partido. Un nuevo perfil, como el de Albert Rivera o Pablo Iglesias que está triunfando en el electorado, cansado de la corrupción y el bipartidismo reinante en España en las últimas décadas. Jóvenes cualificados, capaces de salir airosos en cualquier debate político y dar la cara por sus ideales políticos en cualquier medio de Comunicación y que humanizan sus partidos, algo cada día más reclamado por los ciudadanos.
Estos críticos con la estrategia de Comunicación del PP reclaman, además, una autonomía que les permita personalizar sus respectivas campañas para las elecciones autonómicas de mayo, con el fin de contrarrestar el desgaste de la marca ‘Partido Popular’ que ha sufrido la formación desde que Rajoy llegó al poder. El objetivo es hacer hincapié en la gestión que han realizado estos últimos años y evitar que el electorado vote conforme a las políticas nacionales que ha tomado el partido en el Gobierno, aunque las encuestas auguran un resultado similar al de Andalucía. El plan de Comunicación que proponen planea neutralizar esta mala reputación de forma que no contempla la presencia del Presidente en sus actos.
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