Intrépidos, atrevidos, incansables, aventureros… Sin duda, hay muchos adjetivos que definen a los periodistas. También son fácilmente reconocibles algunas de sus características: su trabajo es lo más importante para ellos (es posible que si quedas con uno de ellos, cancele vuestra cita por un acontecimiento inesperado); lo saben todo y siempre creen tener la verdad absoluta; pueden contarte gran cantidad de datos ocultos acerca de personajes públicos y lo que les cuentes tú siempre les parecerá una noticia vieja. Pero, ¿qué define realmente a un periodista?
En primer lugar, los periodistas están siempre preparados para preguntar las cinco W del periodismo: what, where, when, who y why, es decir: qué, dónde, cuándo, quién y por qué. Estos son los datos que siempre deben aparecer en una noticia y se consideran vitales en cualquier información. Después, son expertos en buscar opiniones encontradas, todas las versiones de un mismo acontecimiento.
También hay que tener en cuenta que los periodistas quieren una buena noticia, no un buen almuerzo. Los periodistas tienen que acudir forzosamente a multitud de desayunos o almuerzos de prensa en los que los organizadores ‘van a dar una noticia’ que termina siendo humo. Enlazando con esto último, es necesario recordar que los periodistas aprecian la información útil. Además, los periodistas buscan permanentemente una historia con contenido emocional, no sólo durante las entrevistas oficiales.
Otra de las cosas que definen a los periodistas es que disponen de poco tiempo para elaborar las noticias (no ocurre lo mismo con reportajes o crónicas). No obstante, siempre, siempre trabajan bajo presión. Por último, otro aspecto que define a los periodistas es su capacidad de explicar los acontecimientos con la mayor claridad y accesibilidad para todo el mundo posible.
Tipos (malos) de periodistas
Como bonus track, en prnoticias ofrecemos también cuatro tipos de periodistas indeseables. En primer lugar, encontramos al periodista ametralladora, caracterizado porque dispara una batería de preguntas que no dejan tiempo a reaccionar en una entrevista. En segundo lugar, se halla el periodista interruptor: no deja acabar las ideas a las personas a las que entrevista, suele cortarlas a mitad de frase.
Después, hay que considerar al periodista equívoco, que pone palabras en la boca de los protagonistas de la noticia o intentan pretender un acuerdo para sus fines. Por último, es necesario hablar del periodista agresivo, el que ataca con lenguaje hostil, negativo, además de colgar etiquetas perniciosas a las personas, compañías o productos.
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