La mesa de diálogo entre Pedro Sánchez y Quim Torra dejó grandes secuencias como si se tratara de un guion de película. Iván Redondo estudió hasta el último detalle del encuentro entre ambos políticos. Las escenas vividas ayer están cargadas de simbología, Sánchez junto con su vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y los ministros de Hacienda, María Jesús Montero, José Luis Ábalos, Carolina Darias, Salvador Illa y Manuel Castell recibieron en la entrada de La Moncloa al séquito de Quim Torra.
La escena del reencuentro entre Sánchez y Torra rodeado de su ministros está enmarcada en un peculiar escenario. Los jardines de la Moncloa fueron el escenario elegido por el Gobierno. Redondo no ha dejado ni un detalle en el aire, un encuentro realmente estudiado y muy medido, pero… ¿es necesario todo este montaje? En los últimos meses la estrategia de Pedro Sánchez ha estado muy orientada a pequeños detalles y gestos, incluso le han llegado a acusar de gobernar a golpe de estrategia política.
Redondo ha demostrado que la comunicación debe estar presente en todos los ámbitos del Gobierno, en este caso en vez de recibir a Torra como al resto de presidentes de las diferentes Comunidades Autónomas de España, Iván Redondo ha desplegado una serie de medios para que el encuentro no pase desapercibido, y lo ha logrado. Desde el punto de vista estratégico el encuentro que tuvo lugar ayer consiguió el objetivo, mostrar a través de la simbología el intento de cercanía entre ambos gobiernos, otra cosa es, y la más importante, que este encuentro acabé en un acuerdo tangible.
Los gestos pasan desde la colocación de la bandera de España y la catalana en la entrada de La Moncloa, escena que recuerda a las preparadas para la visita de presidentes de países extranjeros. El encuentro entre ambos presidentes se produjo en el mismo lugar, eso sí, sin estar rodeados de sus equipos correspondientes. El frio encuentro de Torra y Sánchez se prolongó durante los metros que separan el lugar del encuentro de la entra a La Moncloa, un despliegue digno de una película.
Tras el encuentro los signos ‘amables’ del Gobierno continuaron al ceder la sala de prensa de La Moncloa en la que compareció en rueda de prensa, donde vuelven a aparecer dos banderas españolas y otras dos catalanas. A pesar de todos los gestos por parte del Gobierno, Torra fue poco flexible y volvió a pedir la amnistía a los condenador por el procés así como el ejercicio de autodeterminación. Su discurso no sorprendió y su actitud tampoco, a diferencia del ánimo amigable del gobierno Torra y su equipo no dieron un paso atrás en su mensaje.
Desde el punto de vista comunicativo el encuentro de ayer supone un precedente dentro de la comunicación política autonómica. Queda por ver si el encuentro con el resto de presidentes de las CCAA estará igual de medido y de cuidado, es cierto que la situación con Cataluña es especial, el montaje vivido en el día de ayer es la antesala de una legislatura cargada de píldoras infromativas.
Tanto José María Aznar y Felipe Gonzalez han dedicado unas palabras al encuentro de Sánchez con Torra durante la sesión de apertura del I Congreso Nacional de la Sociedad Civil. Aznar ha calificado el encuentro de “devastador” y González ha considerado que se trata de una “performance” de Torra con la mirada puesta en las elecciones catalanas previstas para este año.
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