Hoy entrevistamos a Daniel Romero-Abreu, presidente y fundador de Thinking Heads, la mayor agencia especializada en el posicionamiento de líderes de España. Este gaditano de ascendientes alemanes fundó esta compañía hace más de 15 años, y cada vez más CEOs y políticos, cuestionados ahora como nunca, requieren de los servicios de Daniel, que hoy comparte sus opiniones de experto con prnoticias.
Preguntado por la creciente tendencia a que los CEOs se posicionen de forma cada vez más frecuente en temas ajenos a su negocio, Daniel Romero-Abreu considera que es un proceso imparable y además irreversible. Para Daniel, la empresa ha dejado de ser un actor solitario que solo debe procurar el beneficio para sus accionistas, “eso es condición necesaria pero no suficiente”. La empresa se ha convertido en un “player que juega dentro del esquema conceptual de la sociedad y tiene que tener una opinión”, y ese papel clave que juega la empresa en la sociedad debe venir impulsado por el CEO.
Sin embargo, ¿qué es preferible, un CEO buen comunicador o un CEO buen gestor? Para el fundador de Thinking Heads ambas cualidades son “indisociables”. “Es imposible ser un buen gestor y no ser un buen comunicador”, piensa el presidente de Thinking Heads, pues una de las funciones principales del CEO es la de comunicar.
El poder de la comunicación es innegable para Daniel que considera que los departamentos de Comunicación de las grandes empresas deben estar siempre alineados con el CEO: “La comunicación es clave, y si la alineas a negocio es tremendamente útil”. “Sin duda es esencial que esté [la comunicación] pegada al consejero delegado y sin duda con un puesto en el comité de dirección”, dice Daniel.
En relación a la escasa credibilidad que tiene el CEO con respecto sus empleados y otros expertos, Daniel cree que esto sucede porque el expertise que tiene el CEO no es percibido en la sociedad, porque éste no ha sabido trasladarlo correctamente: “Al CEO se le da el valor por el puesto que ocupa, cuando normalmente el CEO ha llegado a una posición por lo que es y por su trayectoria”.
¿Y qué pasa con nuestros políticos? ¿Por qué son los elementos menos creíbles de la sociedad? Según Daniel esto sucede porque a los políticos les falta “autenticidad”. Y para recuperar esa confianza entre la población, Daniel cree que los políticos deben ofrecer una visión de país, para que la gente deje de percibir que “se están sirviendo a sí mismos en vez de hacer una vocación de servicio”.
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