La sesión de interrogatorios del juicio de las Tarjetas Black ha sentado este martes en el banquillo de los acusados al ex director de Comunicación, Juan Manuel Astorqui. Durante la sesión de interrogatorios Astorqui ha asegurado que nunca sospechó de irregularidades en la fiscalidad de su tarjeta. El ex directivo se gastó con su tarjeta black más de 293.000 euros que aún no ha devuelto.
Por fin ha dado comienzo uno de los juicios más esperados del año, el juicio por las Tarjetas Black de la antigua Caja Madrid. Entre los 63 directivos acusados de administración desleal y apropiación indebida, están el polémico Juan Astorqui, quien fuera director de comunicación de la caja durante 14 años. Astorqui llegó a desembolsarse 293.000 euros gracias a estas Tarjetas Black. El dircom de Caja Madrid no dudó en gastarse importantes sumas de dinero en flores, joyas o zapatos, todos ellos supuestos “gastos de representación”. A estas cantidades, unos 36.000 anuales, hay que sumar a su sueldo 1,37 millones de euros y un plan de incentivo a largo plazo.
No ha sido hasta este lunes cuando el ex director de comunicación de la entidad se ha sentado en el banquillo. Esta ha sido la última sesión de interrogatorios del juicio antes de dar paso a la declaración de los testigos. Juan Astorqui ha asegurado durante su intervención en el juicio de las Tarjetas Black que nunca sospechó de irregularidades en la fiscalidad de su tarjeta ya que en su borrador de la renta le dieron siempre los mismos cálculos que aparecían en el certificado, aunque sí ha aclarado que la responsabilidad es de la empresa, no del asalariado.
Juan Astorqui está acusado de “administración desleal y apropiación indebida” por el uso de la Tarjeta Black que los directivos de Caja Madrid y después Bankia disfrutaban. Astorqui llegó a facturar con esta tarjeta, dedicada a “gastos de representación” hasta 293.000 euros. El desglose de los gastos permiten comprobar que no solo la tarjeta sufragó gastos de representación, también muchos otros de muy distinta naturaleza y que nada tenían que ver con su ocupación laboral: Astorqui pagó 55.000 euros en siete años relacionados con un taller mecánico de barcos (la revisión ya saben), gastos de amarre y combustible, entre otros; 5.000 euros en zapaterías; 23.200 euros gastados en joyerías, entre ellos varios cargos de unos 3.000 euros en la sede española de la suiza Richemont o uno de casi 1.900 euros en Tiffany; 4.000 euros en la sala de subastas de Caja Madrid; o casi 30.000 euros gastados en vestido y complementos de primeras marcas y más de 5.000 en zapaterías. También, gracias a las informaciones de las tarjetas black pudimos conocer la afición de Juan Astorqui por la jardinería, actividad en la que se gastó 3.000 euros en gastos relacionados con las flores.
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