La confianza de los ciudadanos hacia los principales actores sociales y políticos sigue disminuyendo, afectando principalmente a los medios de comunicación. Así lo recoge el ‘Edelman Trust Barometer 2018’, presentado este viernes por Richard Edelman, presidente y CEO de la agencia de comunicación internacional Edelman. Este estudio mide la confianza que las personas tienen hacia los gobiernos, empresas, medios de comunicación y ONG. Así, el cómputo global de la confianza de la población general en estas cuatro entidades ha disminuido 3 puntos (55).
Si el informe del año pasado hacía referencia a que la confianza estaba en crisis, este año la piedra angular es “La Batalla por la Verdad”. Y es que si hay algo que lo haya impregnado todo durante el pasado 2017 han sido las renombradas fake news.
Si las noticias falsas han pasado factura a todas las entidades protagonistas del estudio de Edelman, han causado una mayor erosión en los medios de comunicación, que se han convertido en las instituciones en las que menos confían los ciudadanos, empatados – a nivel mundial – con los gobiernos, que han mejorado dos puntos desde el último estudio entre la población general. Entre “el público informado” la confianza ha mejorado ligeramente con respecto al estudio anterior, pero sigue por debajo del aprobado, habiendo pasado de los 44 puntos a los 47.
Richard Edelman ha mostrado su preocupación al dar a conocer que solo en tres países de los 28 estudiados confían en sus medios de comunicación: China (71 puntos), Indonesia (68) e India (61). El resto de países no confía en sus medios, siendo el país donde menos confían Turquía, con 30 puntos. España, con 44 puntos se encuentra por delante de países como Reino Unido (32), Alemania (42) y Estados Unidos (42); pero por detrás de otros como Italia (45), México (48) o Canadá (49).
Las instituciones supenden en confianza en España
El encargado de presentar los datos en España ha sido Jordi Ballera, quien ha anunciado unas cifras que si bien no varían demasiado con respecto a las estadísticas globales, tienen sus propias particularidades. El informe revela que en nuestro país, la institución menos creíble es el Gobierno, con 34 puntos entre la población general, seguido por los medios (44), Empresas (49) y ONG (61), única institución que aprueba en confianza.
Según el informe, los españoles confiamos sobre todo en los expertos, tanto académicos (En primer lugar con 76 puntos), como técnicos (73). Resulta tremendamente significativo que la tercera figura que genere mayor confianza entre los españoles sean “las personas como tú”, es decir, de quienes nos rodeamos y se asemejan a nosotros. Por otro lado, Gobierno, CEOs y los “emprendedores exitosos”, son las figuras en las que menos confían los españoles.
Los datos a nivel global hablan por primera vez de una distinción entre las plataformas sociales por un lado, y los periodistas por otro, como proveedores de información. En este caso, los datos muestran como la confianza en los periodistas ha aumentado, mientras que en las plataformas ha disminuido. En España, sin embargo, la confianza de los ciudadanos en las plataformas sociales y periodistas sigue bajando. Esto hace que el 46% de los españoles ni siquiera esté informados, mientras que el 26% que sí lo hace, y el 28% que además comparte dichos contenidos, “no cree en esa información”, según ha apuntado Ballera.
Según ha señalado Jordi Ballera, los españoles no confían en los medios de comunicación principalmente por tres razones:
- Creen que su condición de negocio les priva de dar un servicio público de calidad, por estar más centrados en la cuenta de resultados.
- Sacrifican la verdad por la velocidad. El afán de ser los primeros lleva a los medios a descuidar los hechos por conseguir la primicia.
- Por apoyar una ideología. Los ciudadanos consideran que los medios de comunicación no son neutrales y por tanto se encuentran sesgados ideológicamente, algo que genera desconfianza entre la población.
Este hecho, añadido a que “el 63% de las personas no sabe distinguir una noticia falsa de una verdadera” y a que “77% de los españoles piensan que la información falsa tiene efectos demoledores en el sistema”, según ha dicho Jordi Ballera, hacen que el nivel de confianza en los medios de comunicación no pare de caer, poniendo en peligro nuestras democracias puesto que “para tomar decisiones racionales necesitamos información, y es ahí donde entran los medios de comunicación”, ha señalado Ballera.
A nivel empresarial
Según el ‘Edelman Trust Barometer 2018’ un 59% de los españoles cree que el CEO debe posicionarse y participar de la realidad social. Esto se encuentra directamente relacionado con lo que Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence ha denominado como “revolución invisible de la creación de valor”. Apuntando a que si antes la diferenciación entre compañías se producía a través de los productos y servicios que generaban, es decir, “algo tangible”; ahora las compañías deben buscar una diferenciación no copiable, que además de crear valor genere confianza, y esto solo puede hacerse a través de los intangibles.
En ese sentido, en relación también a las empresas, se ha pronunciado Jordi Ballera, quien ha dicho que los ciudadanos esperan de las compañías que se impliquen en la realidad social cotidiana, siendo capaces de empatizar “con el más desfavorecido de nuestra sociedad”, prestando atención a los problemas reales y tratando de ayudar a hacer una sociedad mejor. Es por eso, que según Ballera, las empresas no deben simplemente “ crear riqueza y generar empleo”, sino que deben informar como ya lo hacen los medios, deben implicarse en la vida pública como ya lo hace el Gobierno, y debe denunciar los problemas sociales como ya lo hacen las ONG, llevando a cabo una acción holística que consiga recuperar la confianza de los ciudadanos.
En este contexto, ha dicho Richard Edelman, “el silencio no es una opción”, “la confianza solo se recuperará cuando la verdad vuelva al centro del escenario. Las instituciones deben responder a la demanda del público para proporcionar información objetiva precisa y oportuna y unirse al debate público. Los medios no pueden hacerlo solos debido a restricciones políticas y financieras. Toda institución debe contribuir a la educación de la sociedad”, ha añadido.
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