Oxfam Intermón ha presentado hoy en una rueda de prensa las nuevas medidas de protección y denuncia contra los casos de abusos sexuales y acoso. El encuentro con los medios se produce a raíz del escándalo desvelado por The Times en el que se vinculaba a altos directivos de la organización con el pago de prostitutas durante las labores humanitarias en Haití. El director de Oxfam Intermón, José María Vera, ha expresado a los medios su completo rechazo a lo sucedido, y ha hecho hincapié en que los casos denunciados no representan a un organización que ofrece su ayuda “a 20 millones de personas en todo el mundo”, de los cuales el “el 55% son mujeres”. En la rueda de prensa también ha participado Pilar Orenes, directora adjunta de la ONG, quien ha admitido que en la organización española se han reportado cuatro casos “de conducta sexual inapropiada” desde el año 2012.
Esta estrategia, que pasa de una comunicación reactiva, como la llevada a cabo tras desvelarse los abusos ocurridos en Haití; a una comunicación activa, como la practicada este jueves por la organización al anticiparse en anunciar los casos de abuso y acoso sexual que ha padecido la organización desde 2012; parece haberse puesto en marcha, precisamente, por haberse desvelado lo primero, y obligados, por tanto, por las circunstancias, algo que se han apresurado en desmentir desde la ONG. Sobre este asunto han sido preguntados los dos portavoces de Oxfam Intermón, quienes han contestado que el caso de Haití no se dejó pasar, sino que “se investigó y se comunicó”, aunque admiten que “hubo errores que se están solucionando”.
Según ha señalado Pilar Orenes, de los casos de comportamiento sexual inadecuados, dos de ellos se deben a comentarios de connotación sexual de dos trabajadores hacia sus compañeras; uno fue de acoso de un trabajador hacia otra compañera, y el último está relacionado con el pago por servicios sexuales por parte de un trabajador de Oxfam a una persona adulta. Ningún menor estuvo implicado en ningún momento. En los dos primeros casos, la organización amonestó formalmente a los implicados, constando así en sus expedientes. En el tercero de los casos, cuando llegó la denuncia, el denunciado ya no estaba en la organización, mientras que el último de los casos acabó con el despido del implicado.
Pilar Orenes ha hecho hincapié en que desde el 2012 se han fortalecido las medidas de denuncia y protección, siendo más difícil que un caso así se dé, y en el caso de que se dé, resultando más fácil investigarlo y actuar. Algunas de las medidas que ya funcionan en la rama española de Oxfam es el buzón ético, donde el denunciante puede tomar medidas de forma segura, así como el endurecimiento en los procesos de selección de personal. Oxfam Intermón también se ha comprometido a comunicar, anualmente, un resumen sobre las denuncias que reciba y su resolución.
De la misma manera, Oxfam Intermón está dispuesta abrir vías de comunicación con otras organizaciones humanitarias españolas para coordinar posibles medidas sectoriales, para prevenir que las personas implicadas en casos de acoso y abuso continúen trabajando en el denominado como tercer sector. José María Vera ha dicho también que “estamos abiertos a medidas regulatorias que provengan de la Administración”. Algo harto complicado a día de hoy, puesto que la propia Ley de Protección de Datos impide a las organizaciones hacer públicos los detalles de las personas implicadas en dichos asuntos. De esta manera, las organizaciones solo pueden dar referencias de las personas en el caso de que se les pida, y sin especificar nada concreto: “Cuando una persona sale de la organización por tales motivos, y llaman pidiendo referencias de ella, desde la ONG simplemente decimos que no la volveríamos a contratar”, ha dicho Orenes, consciente de las limitaciones legales.
Oxfam Intermón ha admitido que la crisis de imagen le ha costado, de momento, alrededor de 1.200 peticiones de bajas. Sin embargo, también han querido recalcar que han recibido “llamadas de apoyo”, así como “altas y personas que han aumentado su cuota”. Desde Oxfam Intermón son conscientes de la pérdida de confianza en gran número de personas con las que trabajan o colaboran, aunque también han señalado que trabajarán para recuperar esa confianza. Preguntados si desde España tratarán de desligarse de manera oficial del afiliado británico, principal protagonista del escándalo, José María Vera ha dicho que la organización no se plantea eso.
La reciente detención del presidente del Patronato de Oxfam Internacional, el guatemalteco Juan Alberto Fuentes Knight, por su implicación en un caso de corrupción cuando fue ministro de Finanzas en su país, ha supuesto también un duro golpe a la ya mermada imagen de la organización. En relación a este asunto, Vera ha dicho en primer lugar que “el presidente del Patronato de Oxfam Internacional no tiene remuneración”, y que cuando se ficha a Juan Alberto Fuentes, su trayectoria era intachable.
Este medio se ha puesto en contacto con Marcela Ospina, directora de Comunicación de Oxfam Intermón, quien ha preferido no contestar hoy a las preguntas de prnoticias por considerar que “son el director y directora adjunta de la ONG las personas que deben responder a los periodistas”, por ser ellos quienes hablan en nombre de toda la organización. Oxfam Intermón cuenta con 1.400 trabajadores y 1.700 voluntarios.
El caso Médicos Sin Fronteras
El pasado miércoles se hizo público que la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) se ha enfrentado a 24 casos de acoso y abuso sexual solo en el 2017. MSF toma esta decisión después de lo sucedido en Oxfam, que despertado la desconfianza en todo el sector. La ONG francesa, que cuenta con 40.000 trabajadores, ha despedido a 19 personas implicadas en lo sucedido, tomando medidas disciplinarias y sancionadoras. Siendo este un ejemplo de comunicación activa, parece en realidad responder también a lo sucedido con Oxfam, que si de algo puede haber servido, es para cambiar el paradigma comunicativo de las Organizaciones No Gubernamentales.
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