Nadie puede escapar al hecho de que, a pesar del dominio de Instagram, Snapchat se ha hecho un huequecito en el corazón de los usuarios más “imagen-adictos”. Un camino, el de la plataforma social, que ha tenido más luces que sombras y que torna, como ya ocurriese con sus predecesoras, para comenzar una “nueva época”. Esa en la que, sin perder la esencia, se incluyen cambios. Actualizaciones que van desde aspecto más banales hasta otros con una mayor relevancia (a muchos niveles). Snapchat se ha lavado la cara.
Unos cambios necesarios
En primer lugar, ha cambiado su barra de búsquedas, la cual y como nos comenta nuestra experta en Redes Sociales, María Redondo “debía varias ya que, en las secciones de chat, cámara e historias del app, por ejemplo, no era nada intuitiva”. Es más “no podías buscar a un usuario si no sabías su nombre en ella, lo que lo hacía todo más complejo”. Gracias a esta actualización se favorecerá que “más gente agregue a más gente, es decir, que incluyas realmente a todo tu entorno en Snapchat”. Lo mismo ocurre con los cambios en la navegación, los cuáles “buscan el mismo objetivo: el uso de la intuición”.
Por otro lado una actualización anunciada, la de añadir editores a Discover, a María le genera dudas ya que, en su opinión, Snapchat “se va a convertir, o eso intentarán al menos, en un medio de comunicación más”. Para ello “crearan cápsulas, o unidades de información, consumible por un público joven”. Si unimos esto a que “necesitan monetizar de alguna forma”, la meta viable es ofrecer “subscripciones a canales de pago”. Y eso lo realizaran con Discover, lo que hace que la alternativa de los editores se antoje difícil, a priori.
Algo más que una plataforma “efímera”
Con todos estos cambios (los viables y los dudosos), Snapchat trata de evitar uno de los mayores males de las empresas: ser fruto del momento. Quiere el cariño de sus usuarios por más tiempo. Algo que, por lo que nos comenta María, tendrá, al menos en 2017: “Este año será un gran año para Snapchat” sobre todo “si le sale bien la reestructuración que están llevando a cabo”. Esa que, para bien o para mal, le abre dos frentes: por un lado tiene que tratar de “atraer a empresas y marcas a un modelo de ‘Ads’ para el que no todos los mercados están preparados” y por otra, quizás más importante (tras ver la evolución sufrida por Twitter): “preparar bien su salida a bolsa”.
Si Snapchat sabe manejar bien ambos, podrá seguir disfrutando de ese éxito que, hoy, saborea en platos con filo de oro. Ese que, de seguir, le hará pensar en cotas mayores que las actuales. Y no hablamos de ser algo más que “el eterno segundón”. Ni mucho menos. Snap (nombre actual de la misma), como “empresa más pequeña, más dinámica y más flexible que Instagram (además de más creativa)” se moverá, pronto, en otros caminos que la alejarán de la avalada por Facebook, dejando está de ser “competencia”, como nos comenta María: “2017 será el año en que se diferencie en aspectos como la realidad virtual” o lo que es lo mismo “aspiran no sólo a cotas más altas, sino a éstas en caminos diferentes”.
Eso sí, debe tener mucho cuidado con cada paso que dé. Y es que, a diferencia de lo que pueda pasar con Facebook, Twitter o Instagram, Snapchat es “una empresa pequeñita. Como muchas startups del 22@ de Barcelona”. Por eso, 2017 puede ser un año crucial. Se puede explotar hacia el lado más positivo o, en contra, hacia el final de su existencia.
No hay que cerrarse ninguna puerta
Los cambios en Snapchat, que previamente hemos comentado, tienen múltiples objetivos aunque es uno, en concreto, como alega nuestra experta, el que brilla sobre el resto: “busca aumentar la penetración en otras franjas de edad que no son nativos digitales”. Y es que, estamos ante una herramienta que “no resulta fácil para los mayores de 20 años” algo que genera dudas en María sobre su beneficio directo: “No sé si eso realmente será positivo, ya que precisamente el concentrarse en una franja muy joven de edad es lo que la diferencia de otras redes similares”. Incluida Instagram.
Con todo, lo que si queda claro es que, si quiere crecer no puede cerrarse puertas, lo que conlleva, por ejemplo, que necesite “sí o sí aumentar su base de usuarios si quiere monetizar”. Uno de sus objetivos para este año, más que nada porque “las empresas no invierten en ‘Ads’ en redes sociales en las que no hay gente porque el coste de conversión es altísimo”. Por tanto, y como hemos advertido previamente “los cambios están muy enfocados, sobre todo, a la salida a bolsa y, luego, a atraer a empresas y agencias”. Para ello, para que las empresas confíen en ella, deberán, en primer lugar “simplificar la forma en la que éstas se anuncien” que ahora es “más rebuscada”. De primeras “es manual y debes contactar con ellos para hacerlo, por ejemplo”. Debe hacerse “muy, muy fácil”. Y para ello, debe desarrollarla más.
Este objetivo (en ambos pasos), y atendiendo al poco interés mostrado inicialmente por las marcas, se antoja el más complejo de los dos a realizar. ¿Qué inclina la cuesta en su contra? Todavía no entienden sus beneficios, partiendo del más básico: “Les puede ayudar a llegar a un público de entre 13 y 20 años con el contenido que necesitan”. Algo que “no hace ninguna otra red social actualmente”. O al menos no con la misma precisión. Es cierto que, con los diversos “homenajes” llevados a cabo por Instagram en 2016, pueden surgir dudas al contar con servicios similares en ambas propuestas pero, como comenta María “si preguntas a un joven que ya estuviera en Snapchat, siguen prefiriéndola por delante de Instagram”. No hace falta decir más.
Mejora el ofrecimiento de datos… ¡y más allá!
Un hecho, que no una premisa, que inclina la balanza a favor de Snapchat es la inversión, y de forma importante, en “Snaplytics, es decir, en ofrecer el máximo de información analítica a las empresas que invierten en ella como canal”. Un servicio vital para conocer el alcance que se tiene, como también lo será el “poder comprar directamente en Snapchat, sin tener que salir de la app. Incluso pagando entre empresa y persona o entre persona y persona, a través de la app”. Pero no sólo esto. También adquirirá valor que “particulares puedan ponerse de acuerdo para comprar o vender, enviar CV… Otra línea importante a explorar”. Estos, por tanto, frente a unos pasos que marcan, de forma nítida, el camino dictado por sus dirigentes, el cual dependerá, sobre todo (y como hemos dicho ya) “de si consiguen escalar su modelo de ‘Ads’ a todo tipo de empresas”.
Y es que, a pesar de lo que muchos aleguen, el contenido es fundamental pero, como toda empresa “Snap necesita ingresar dinero”. No podrá subsistir si no busca economizar sus esfuerzos. Tampoco si no es inteligente en cada movimiento que realice. Sobre todo a nivel fiscal. Quizás, por eso, muchos no entienden su marcha a Reino Unidos teniendo Irlanda, donde se pagan menos impuestos. María Redondo es de las pocas que le ve sentido: “a nivel de prestigio, no es lo mismo estar en UK que en Irlanda”. Un ejemplo que, en este caso, afecta a su salida a Bolsa ante la que “Snap ha iniciado una carrera para situarse en una posición que tenga éxito”. Con ese dato, resulta comprensible.
Spectacles fue el primer paso
Snapchat, como bien hemos defendido, busca cotas altas más allá de su plan inicial. Busca diversificarse. Cuenta con “mucho potencial en ese aspecto” el cual queda demostrado con “sus últimas adquisiciones con las que quiere reinventar la forma en que la gente crea el contenido desde el mismo dispositivo que utilizan. Un hecho con el que reinventarán, también, el concepto de cámara”. Esto conlleva irremediablemente “entrar en la Realidad Virtual y seguir por ahí”. Spectacles fue el primer paso. Pero habrá más. Hasta entonces, disfrutemos de lo nuevo, que no es poco. Bienvenidos al Snap 2.0.
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