En los noventa fundé un periódico en la zona sur de Madrid que se llamaba El Sur y su entorno. Un medio gratuito que entre otros municipios cubría informativamente el pequeño Valdemoro.
En la calle Estrella de Elola, que era la calle central del pueblín de 17.000 habitantes, estaba la inmobiliaria INMARVI, que obedece a la contracción Inmobiliaria Marjaliza Villaseñor, apellidos de David y, lógicamente, de su hermana Ana. Hoy, a través de las páginas de elconfidencial.com he escuchado nítidamente las declaraciones de Ana ante el juez Velasco, y no me han sorprendido en absoluto. Ana se ocupó siempre de sus padres, y en los negocios era David el que actuaba. David, al margen de todas las tropelías que haya hecho, es un tipo bastante normal. Un único defecto en el diseño de su vestuario, va de traje hasta a la piscina.
En los años 90 el despegue de la zona Sur fue espectacular, allí y desde Valdemoro, hasta el Pinto de Izquierda Unida de Carlos Penit (inhabilitado en su momento), sucedido por el socialista Antonio Fernández, al que ya le ha prescrito todo… el dinero corría en maletines de despacho en despacho. De las manos de una serie de constructores de izquierdas, que sí progresaron en el Ciempozuelos de la época, empezaron a salir los nuevos prebostes de la derecha de la zona, que al final fueron junto con algunos estómagos agradecidos, los que hicieron todos los desarrollos urbanísticos. Cuando hablan de CORRUPCIÓN en los servicios urbanos, en Ciempozuelos, al PSOE y luego al PP les pagaba la campaña una empresa de limpieza de viales. Lo sé porque tanto el que fue alcalde socialista de aquel momento, Joaquín Tejeiro Martino, hoy absuelto del Caso Esprode, y el que le sucedió del PP, Fernando Vergara me lo contaron, ¿o fue el concejal de obras Fidel?… Cuando tenía que cobrar las publicidades de las campañas políticas me las veía negras y al final me tenían que contar lo que fuera para contentarme… Acababa enterándome sí o sí, porque las secretarias eran muy indiscretas ya que tampoco cobraban a tiempo…
En esos 90 nacieron una serie de alianzas no escritas, en las que estaban, por supuesto los intereses de Marjaliza, los de su socio en Pinto, José Luis Capita (hoy metido a chatarrero) y los del propio alcalde socialista de Pinto. En el Pinto de aquellos días destacaba la labor constructiva de los Hermanos Castro, que se hicieron más famosos por comprar La Casa del Reloj de Aranjuez, que por las miles de viviendas que hicieron en polígonos cuya aprobación, como el de Las Tenerías, casi acaban en guerra civil. Una Aranjuez llena de CORRUPCIÓN con los socialistas García y Moreno, la llegada de los peperos hermanos Cepeda-Barros, y que no decayó con los Dionisios socialistas que llegaron después… ¡Vaya lío!, pero es así.
Me lo sé todo… jajajajaja… La putada es que, como en la Toledo de Emiliano García Page, que fue el Consejero de Bono que aprobó el Quiñón de El Pocero… hacen falta demasiados jueces y fiscales para ordenar esta merienda de negros.
El cocido madrileño es uno de los platos que mejor garantizan una buena siesta. Un día comiendo con David en el restaurante del Gorila de Ciempozuelos, le pregunté si sabía de dónde eran esos garbanzos tan ricos… Me dijo, de la gasolinera de mi suegro. Lo pude comprobar, allí venden de todo: cebollas, patatas, garbanzos, aceite, naranjas… Lo vienen haciendo desde los 90, y aconsejo a los amantes del buen garbanzo de la Fuente del Saúco que pruebe estos que son mejores. De hecho voy todos los años a comprar garbanzos, lentejas y lo que se tercie.
La gasolinera, la lotería… Al alcalde de Ciempozuelos le tocó un montón de veces la lotería, yo jugaba con él, a mi, ni el reintegro. Cuando van saliendo nuevos desarrollos y se forran todos, y de repente aparecen polígonos, y zonas de servicio y nuevos surtidores… Las comisiones repartidas han sido para arruinar al estado de Brunéi. Pero sigamos con David Marjaliza Villaseñor. En aquello momentos INMARVI se anunciaba en los medios locales, que ya había salido algo de competencia, y eran promociones muy pequeñas, porque ellos realmente se dedicaban a la venta de propiedades de segunda mano.
Recuerdo pasar muchas tardes con Ana y David en su despacho, o en la redacción del periódico, diseñando las publicidades para hacerlas más atractivas. Ellos, la Familia Marjaliza-Villaseñor no andaban descalzos. Durante muchos años el patriarca de la familia, con el apoyo permanente y constante de la madre de sus hijos, crearon un imperio con la venta a plazos de productos de gama blanca durante los 60, 70, 80. El patriarca era guardia civil y tenía a todo Valdemoro empeñado en su tienda. Por ello eran muy queridos, pero muy envidiados. Fruto de aquella ‘fortuna’ yo les conocí un edificio en la calle Ruíz de Alda, el local de INMARVI, y otros pisos, garajes, locales en Valdemoro, Pinto, los Torrejones, Parla (lugar en el que conocieron a Tomás Gómez)… Sin embargo, San Martín de la Vega, Aranjuez, Villaconejos, Chinchón… eran pueblos muy pequeños, o tenían pocas posibilidades de crecer, y allí no se hacía nada.
Coincidencias de la vida, el marido de Ana Marjaliza, Antonio Pinto Cogolludo hizo el servicio militar de voluntario en el mismo cuartel que yo. Él estaba muy al margen de los negocios de su cuñado, siempre le respetó, pero estaba claro que su madera era para otro tipo de ventanas…
La historia de la zona Sur de Madrid no se puede escribir sin el nombre de David Marjaliza en el frontispicio. No podría contar lo mismo de su compañero de fechorías, Paco Granados Lerena. Porque Marjaliza es de cuna, y Granados se acuna…
Otro día con más ganas recuerdo más cosas de mis Historias de Valdemoro, las historias de El Sur y su entorno.
MI FELICITACIÓN DE HOY
A la Comunicación. La presentación del Octavo Sentido de José Antonio Llorente, en la Casa de América, es una buena noticia para el mundo de la Comunicación, que está tan necesitada de estos estímulos.
LA MALDAD DEL DÍA
Ayer le dijeron que ya no seguía. Le liquidaron sus 200 euros, le mandaron rezar una Salve y a casa. Ellos saben que lo hacen mal. No se puede exigir un autónomo pagándole 200 euros. ¿O sí? Cosas del Eclesiastés. A la madre de La Petra le quitaron un quiste (decía la paisana) de 15 kilos que le acompañaba alojado en el bajo vientre. Al parir semejante salvajismo le hicieron pruebas radioactivas a ambas, y por ello cuentan que el hijo, del que estaba preñada, además de calvo se quedó bastante agilipollado. Entonces no se controlaba como ahora. Un beso a todos los enfermos de la TALIDOMIDA. ¡Injusticia a la española!