Los padres primerizos tienen tanto que aprender… Se les perdona porque, como su propio nombre indica, es su primera vez y nadie nace aprendido (y los niños no llevan manual de instrucciones). Sin embargo, y sin desmerecer los consejos que nuestra Madre Molona ha realizado previamente, hoy traemos dos que, a nuestro juicio, son de especial relevancia (quizás los más importantes). Nos son prácticos, no al nivel de sus predecesores, pero si te enriquecerán a nivel personal y te ayudarán a mejorar tu vida a medio plazo. Lo primero, y más relevante: “Sigue tu instinto. Funciona mejor que cualquier manual que se pueda escribir”. Es algo que, como nos comenta nuestra experta: “Rara vez falla”.
Y es que, los padres primerizos son siempre un blanco fácil, por su inexperiencia. Los volverán locos (salen sabios de debajo de las piedras). ¿La solución?: “Recurre a la sordera selectiva. Esto consiste en decir que si a todo lo que te pregunten y, a continuación, hacer lo que tu veas conveniente”. Si es cierto que te van surgir dudas… ¿Quién te las puedes resolver?: “El personal cualificado, y nadie más. Estos son: matronas, pediatras…”. Ellos, y solo ellos, tienen los conocimientos necesarios para poder opinar al respecto. El resto son… ¡Remedios de abuela!
Aunque no son estas las que más guerra dan. Al contrario. Son las madres, y las suegras, las que tienden a involucrarse de más en el cuidado de los niñ@s. ¿Eso es beneficioso? No siempre. Por ello, Madre Molona nos acerca la solución perfecta: “Que te acompañen a ver a la matrona, un solo día. Ahí será cuando se den cuenta de lo poco que saben y de lo mucho que han cambiado las cosas”. Esto hace, finalmente, que el enemigo se convierta en amigo. Simple, sencillo e indoloro.
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