El 4 de mayo de 1976 veía la luz el primer ejemplar de ‘El País’. El diario nacía cinco meses después de la muerte de Francisco Franco bajo el titular ‘El reconocimiento de los partidos políticos, condición especial para la integración en Europa’. Esta verdadera declaración de intenciones dejaba clara la doble vertiente fundacional del diario dirigido por ese entonces por Juan Luis Cebrián: aspiraba a ser la corriente transmisora de todas las nuevas fuerzas políticas, pero a la vez apostaba por una España integrada en el mundo.
El primer número de ‘El País’ salía a la calle con un precio de 10 pesetas –seis céntimos de euro-, una peseta de sobrecoste por ‘transporte urgente’ y exigiendo un cambio político, apostando por una Transición ordenada pero firme. Juan Luis Cebrián se olvidaba de su pasado franquista y se sumaba a las corrientes que comenzaban a ganar protagonismo y que posteriormente se consolidarían en partidos como UCD o el socialismo de Felipe González.
Eran otros tiempos en que se comenzó a forjar la historia de un diario que durante sus 39 años de vida ha estado íntimamente ligada al devenir político y del poder en España. Un periódico que no se parecía en nada a la Prensa del Movimiento, que apostaba por nuevas figuras, que daba voz a quienes llevaban años pidiendo participación y que en poco tiempo se convirtió en el más leído y de mayor difusión.
Su primer hito se produjo el 23 de febrero de 1981 con su histórica portada ‘El País con la Constitución’ horas después de que se conocieran las primeras noticias del Golpe de Estado de Antonio Tejero y el secuestro de todo el Gobierno y el Parlamento en el Congreso.
Precisamente en los años ochenta Juan Luis Cebrián realizó el primer gran giro para convertirse en el diario de referencia del poder. Cebrián se hermanó con Felipe González y ‘El País’ comenzó paulatinamente a convertirse en el ‘boletín oficial del PSOE’. Eran los tiempos de vino y rosas del socialismo y comenzaba en 1982 un largo periodo de ‘Felipismo’ que se prolongó hasta 1996. Fue la época en que Juan Luis Cebrián comenzó a jugar a ser empresario cediendo el testigo de la dirección del diario a Joaquín Estefanía en 1988.
En 1993 asumió Jesús Ceberio que hasta el momento ha sido el director más longevo con 13 años al mando de la cabecera. Con Ceberio se vivieron los años más duros y quizás los de mayor calidad y volumen de investigaciones periodísticas. En 1996 también nacía ‘El País digital’ en una apuesta incomprendida por ese entonces en el mundo periodístico. Con Ceberio se vivió además una época en que los ataques al Gobierno de José María Aznar (1996-2004) fueron los más duros que se recuerden a un diario. El ‘No a la guerra’, el desastre del Prestige y el accidente del Yak 42 marcaron el final del gobierno popular.
Y llegó José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y contrario a lo que se pensaba en los cuarteles de Miguel Yuste, el nuevo gobierno socialista renegó de Prisa y de ‘El País’ e intentó montar su propio conglomerado mediático ayudando a fundar el ‘Público‘ de Jaume Roures, un diario que intentó hacerse cargo de la izquierda más ortodoxa y más renovada. Cebrián y ‘El País’ estaban ya demasiado cercanos al mundo empresarial y a las instituciones.
En 2006 Cebrián cambió a Jesús Ceberio por Javier Moreno con una renovación completa del rotativo que incluyó un importante rediseño, apuesta decidida por la edición digital y un funcionamiento ajeno a los pasillos monclovitas. Una travesía en el desierto marcada por la crisis económica y el declive de los diarios impresos. De un momento a otro los fieles lectores dejaron de comprar el diario y la publicidad comenzó a huir del sector.
Los datos son brutales. Según el EGM ‘El País’ ha perdido desde 2008 la friolera de 800.000 lectores, un 34% hasta los 1,5 millones. En el caso de la OJD que mide ventas y difusión, el diario de Prisa ha pasado de 435.083 ejemplares de difusión media diaria hasta los 259.775 ejemplares con que cerró 2014, un 40,3% menos. En ventas se ha pasado de 341.00 ejemplares a 153.000, un brutal desplome del 55% desde 2007. Pese a estos datos conserva el liderazgo de la prensa impresa.
Con estos números –que sumados al desplome del Grupo Prisa en todas sus divisiones- se generó una fuerte crisis en el diario que desembocó en pérdidas y en el duro ERE que en 2012 se cobró la salida de 129 empleados. Pese a ello, ‘El País‘ sigue en pérdidas que se han acrecentado los dos últimos años después de que hace menos de una década era el motor financiero del Grupo Prisa.
Esta crisis económica está directamente relacionada con la última etapa política de ‘El País’ y Juan Luis Cebrián. Asfixiado por los bancos Cebrián buscó ayuda en la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y le pidió ayuda. A cambio entregó una fidelidad absoluta al Partido Popular que con la llegada de Antonio Caño como nuevo director en 2014 se ha acentuado. El servilismo político, a las instituciones y a las empresas ha marcado la última etapa del diario convirtiendo a ‘El País’ en el principal instrumento de propaganda del PP, un camino muy distinto que el emprendido por el propio Cebrián el 5 de mayo de 1976.
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