Cualquier parecido con lo razonable es pura casualidad. Así describirían muchos la actitud de Juan Luis Cebrián especialmente durante las últimas semanas. El consejero Delegado de Prisa no para de sorprender a propios y extraños con sus comportamientos en el devenir de Prisa marcado por su empeño en el negocio televisivo -con más interés mercantilista que productivo para el sector- y por su excesivo optimismo y orgullo tras obtener el Grupo resultados positivos en el primer trimestre del año.
Porque Cebrián se siente más fuerte y respaldado que antaño, a pesar de que esa actitud choque frontalmente con las drásticas decisiones que tienen que sufrir los trabajadores de su principal emisora en España: la Cadena SER. La plantilla vuelve a estar intranquila ante los cuatro despidos que, por sorpresa, se produjeron la pasada semana en dos de sus emisoras del País Vasco y que han desenbocado en una huelga este próximo jueves 28 de mayo. Estas salidas no hicieron más que romper la estabilidad que reinaba en la Cadena SER tras un comienzo de 2015 muy convulso donde se les prometió haber zanjado el incesante goteo de despidos que perseguía a los trabajadores de la emisora.
Pero las intenciones y ambiciones de Cebrián parecen pasar por encima de todo. El consejero Delegado de Prisa sigue viviendo en un universo paralelo a la realidad de sus trabajadores. Su sueño de obtener una de las seis licencias de TDT, tras las malas experiencias con Digital Plus y Cuatro, se vislumbra cercano. Como os contábamos desde prnoticias Cebrián se ha convertido en uno de los asesores mediáticos de Moncloa por lo que espera que el Ejecutivo le devuelva ‘el favor’ con la obtención de una nueva frecuencia de televisión. El empeño del consejero Delegado de Prisa con el negocio de la pequeña pantalla es una de las ‘pesadillas’ de los trabajadores de la Cadena SER. Ahora bien, Cebrián ya no buscará adentrarse en el negocio de TDT como un agente productivo del sector, sino como un mero propietario que alquila a una major por un elevado precio esa frecuencia.
Además, Juan Luis Cebrián tiene otro motivo para sacar pecho desde que se conociesen los resultados económicos de Prisa pertenecientes al primer trimestre de 2015. Después de muchos ejercicios apuntando sólo pérdidas y para sorpresa de muchos el Grupo presentaba un balance en positivo en los tres primeros meses del año. Con matices, eso sí, pero lo cierto es que Prisa se anotaba 8,6 millones de euros, algo que sin duda sirvió para confirmar entre la plantilla de la Cadena SER que la estabilidad, al menos en el ámbito laboral, podría estar más asegurado. Todo se rompió la pasada semana con los nuevos despidos y ahora toca esperar para conocer cuáles serán los próximos pasos, o caprichos, del máximo responsable del Grupo. La intranquilidad ha regresado.
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