Su destitución ha cogido por sorpresa a todo el sector. Elena Moreno, nombrada responsable de Comunicación de Boiron en España en septiembre de este año, no ha durado ni un solo mes al frente del departamento para el que se la fichó tras superar un exhaustivo proceso de selección consistente en más de una docena de pruebas y después de tomar la difícil decisión de abandonar el cargo que había ocupado durante cerca de once años en la agencia de Comunicación Planner Media.
Este inusual y repentino hecho ha atraído la atención de algunos medios de Comunicación, quienes no han renunciado a conocer los verdaderos motivos que han generado dicho despido. El caso ha suscitado aún mayor interés después de saber que hasta sus propios compañeros de Boiron España lamentan profundamente el hecho. Sin ofrecer mucho detalle y basándose en la profesionalidad y facilidad de compenetración de quien fue su dircom durante escasamente treinta días, niegan que esta “extraña salida” haya tenido algo que ver con que Elena Moreno cometiese algún “desliz”.
Sin embargo, desde la sede central de la multinacional francesa, que desde 1984 se ha dedicado a la fabricación de medicamentos homeopáticos, llevan semanas evitando realizar cualquier tipo de declaración. La familia Boiron ha debido imponer entre sus empleados la ley del silencio, una estrategia muy poco recomendable para una de las compañías que más crisis de reputación enfrenta en el mundo. Y es que, la comunidad científica le reprocha fabricar remedios ‘alternativos’ no basados en la evidencia científica y sin experimentos controlados que aprueben la validez del tratamiento.
El doctor Vicente Baos, por ejemplo, define a la homeopatía como un “simulacro de ciencia que actúa en el ámbito del efecto placebo y no aporta más que charlatanería”. El experto asegura que “la mayoría de las evidencias vienen de la satisfacción individual, de las anécdotas casi milagrosas de curaciones inesperadas y de las ganas de curación del paciente”.
El motivo de los desvelos de la familia Boiron, para llegar al punto de obligar a sus empleados a guardar silencio, puede estar relacionado con lo que pasó durante el viaje que realizó Elena Moreno a Francia. La comunicadora se trasladó hasta allí para terminar de completar su formación sobre el funcionamiento de la fábrica. Ella misma lo comentó con los medios de Comunicación que asistieron el pasado 3 de octubre al controvertido debate “La Homeopatía en la ecuación de la Salud: ¿división o multiplicación?”, donde tuvo su primera toma de contacto con la prensa tras su nombramiento.
Manifestó por aquel entonces encontrarse muy satisfecha con su cambio y desveló que ya tenía un plan de Comunicación “prácticamente terminado”. Sin embargo, este viaje fue el principio del fin. Según aseguran fuentes cercanas a la compañía, durante su estancia en Francia, la nueva directora de Comunicación de Boiron en España tuvo la oportunidad de conocer al presidente del Grupo, Christian Boiron. Nada más ser presentados, este hizo patente su desconcierto por no haber sido informado en ningún momento del proceso de selección en el que se hallaba envuelta su filial en España. “No reparó en que el perfil de Elena fuera el que mejor se ajustaba a los inasequibles requisitos que se establecieron para poder optar al cargo, ni que hubiera renunciado a diez años en su anterior empresa. No quiso escuchar a nadie. Pidió su cabeza. Y se la sirvieron en bandeja”, aseguran.
Después de este escándalo, a Boiron España no le será fácil encontrar a una comunicadora con una experiencia tan amplia como la de Elena Moreno, que aúne una gran capacidad de reacción con sensatez, flexibilidad e inquietud, y que encima tenga un impecable dominio del francés. Así las cosas, Elena Moreno vuelve a estar en el mercado de fichajes de invierno y la plaza de director en el departamento de comunicación de Boiron en España vuelve a estar vacante.
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