Manuel Campo Vidal, el histórico presidente de la Academia de la Televisión, es uno de los grandes perdedores de la conversación de Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos) en ‘Salvados’. Y es que el sueño del periodista de realizar un nuevo debate patrocinado por su organización y ‘ajeno’ a la televisión tradicional se podría quedar en nada ante la negativa de los principales partidos de repetir un formato que ya se ha quedado anticuado y fuera de las demandas de los ciudadanos.
El encuentro entre Podemos y Ciudadanos sigue siendo uno de los programas televisivos más valorados de las últimas semanas. Las críticas apuntan a que se ha descubierto un nuevo formato de debate político en que los corsés tradicionales y los guiones han dado paso a una conversación informal y un debate real y sin ataduras. Muchos se han atrevido a señalar que éste es el futuro de los debates y por tanto de antemano desestiman las viejas fórmulas.
Lamentablemente para Campo Vidal estos mismos días se había puesto manos a la obra para comenzar a idear lo que sería una reedición de los recordados debates José María Azar y Felipe González de 1993 y el de Zapatero y Rajoy en 2008. Pero en siete años y desde que Rajoy está en Moncloa han cambiado muchas cosas. La primera es que ya no hay dos fuerzas políticas predominantes y la segunda es que la ciudadanía quiere nuevos formatos y nuevas caras.
El primer problema con el que se ha encontrado Campo Vidal y la Academia es que ya nadie toleraría hacer un debate de a dos: las encuestas dicen que por lo menos tendrían que representarse cuatro fuerzas políticas: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos. Y ello implica dar un giro completo a lo que se había hecho hasta ahora. En esta misma línea los propios partidos son conscientes –y más después de lo visto el domingo- que sería un suicido electoral someterse a un debate como los de antaño.
Nadie quiere esos corsés, ni los tiempos medidos al milímetro, ni bloques, ni guiones, ni preguntas pactadas y si es que Campo Vidal quiere liderar un debate medianamente creíble debería revolucionar completamente su propuesta. De lo contrario y si sigue apostando por este formato y por el bipartidismo lo tendrá muy difícil para contar con el respaldo incluso del propio PP y el PSOE, que han tomado buena nota de la conversación sostenida por Podemos y Ciudadanos el pasado domingo en La Sexta.