Este martes, Allí abajo se despide de los espectadores de Antena 3 para siempre. La comedia protagonizada por María León y Jon Plazaola cierra definitivamente tras cinco temporadas en las que se ha consolidado como una de las series más longevas y exitosas de la última década. Pese al complicado arranque que experimentó debido a las sospechas de su parecido con Ocho apellidos vascos, Allí abajo tardó muy poco en desligarse de la película y hacerse un hueco en el imaginario popular gracias a unos reparto coral lleno de personajes carismáticos y a unas tramas bien hiladas que mostraron el choque cultural entre norte y sur rascando más allá del estereotipo.
Allí abajo cerró su primera temporada con un 22,5% de cuota de pantalla y más de 4,2 millones de espectadores de media, dejando claro que había llegado para quedarse. El éxito fue repitiéndose temporada tras temporada, demostrando que la calidad técnica y artística de la serie iba más allá de modas temáticas, lo que ha llevado a la serie a promediar un 18,2% de share y 3.069.000 televidentes a lo largo de sus casi setenta capítulos.
Pero, más allá de los números, Allí abajo se ha convertido en uno de los de los últimos ejemplos de una especie en extinción: las comedias de larga duración. Su renovación de tramas y su acierto a la hora de incorporar a nuevos personajes han sido clave en su duración. Además, la ficción ha supuesto un trampolín a nivel nacional para intérpretes como Jon Plazaola, Salva Reina o Ane Gabarain, que han multiplicado sus proyectos gracias a la serie.
Así será el último capítulo de Allí abajo
Cuando los trabajadores de la Híspalis se enteran de que Wan va a vender parte clínica, deciden comprarla ellos. Pero sólo tienen unos días para conseguir el dinero, ¿lo lograrán? Mientras todos remueven cielo y tierra para juntarlo, Jozé e Irene encuentran la manera: casarse y reunir de ese modo el dinero de los regalos. Así que organizan una boda express que trastoca de golpe la vida de todos.
Peio recibe la oferta de trabajo de sus sueños, aunque solo tiene un pequeño inconveniente: es en Bilbao. Cuando Antxón, Koldo e Iñaki se enteran, toman una decisión radical que lo cambiará todo. En Castrofidel, Wan está a punto de entrar a perforar con las máquinas, pero a Don Benjumea y Epi se les ocurre una idea para pararlo. Lo único que tendrán que conseguir es que todos los invitados de la boda quieran ayudarles.
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