Desde el pasado 1 de febrero, David Broncano y Ricardo Castella asaltan la medianoche en #0 con uno de los formatos más rompedores de la televisión, que ya es bastante viendo el panorama. La resistencia se ha convertido en un fenómeno de masas y prnoticias ha hablado con dos de sus responsables para analizar los primeros meses de vida del espacio y el futuro que tienen por delante.
La complicidad que se observa al otro lado de la pantalla se hace aún más palpable viendo el show en directo. “Nos lo pasamos muy bien”, anuncia Broncano, que puntúa los cuatro primeros meses de vida de ‘La resistencia con un “9,2 sobre 10”.
Una de las bromas más habituales en el programa es lo poco que se pasa Broncano por la oficina. “En realidad, David también encarga del guion, de otras muchas cosas no pero del guion sí”, desvela Castella, que explica el complicado trabajo que llevan a cabo cada día. “Estamos trabajando todo el día, es durísimo, equivalente a estar en una mina, siempre pensando bromas e intentando hacer reír al otro”, bromea.
El proceso de creación del guion es “clásico”, según David. Tras la primera escritura, Ricardo y Jorge Ponce lo revisan y se reúnen con el resto del equipo para poner todo en común. Según Castella, el entendimiento entre los guionistas y ellos es “completamente perfecto”. “Como el de las ballenas, por ultrasonidos”, apunta Broncano.
Tras una época en la que no han tenido rival en el late night, TVE anunció hace unos días que trasladaba a Hora punta, rivalizando con Late motiv y La resistencia. “Lo que haga el ente, bien hecho está”, indica el presentandor, con una tonelada de sarcasmo en cada carrillo. “La resistencia paga impuestos y la sensación que hemos tenido al hacer el programa es ‘mira, ya estamos pagando un poquito de Hora punta”, remata Castella.
Como en su día consiguieron Chiquito de la Calzada o Cruz y Raya, Broncano y su corte han conseguido colar algunos de sus involuntarios hits en el imaginario colectivo, confirmando que sus coletillas han trascendido a la sociedad. “Me gusta cuando la gente dice chorradas que soltamos por hacer el tonto, es bonito. Ni en La vida moderna ni en La resistencia intentamos hacer chascarrillos pero algunas cosa hacen gracia y la gente tira por eso. Ignatius, que está todo el día coreando movidas, sí que tiene intención, pero el resto lo hacemos a voleo”, apunta el cómico.
Pese a tener grandes colaboradores en nómina, a Castella le falta uno para redondear el programa. “Lo estamos pidiendo como invitado pero sería muy gracioso que Federer fuera colaborador. Algo como ‘¿qué día me viene a bien a mí, que soy David Broncano, que venga Federer a contarme lo que él quiera?’”, anota, a lo que Broncano responde que “sería precioso que hiciera una sección de bádminton”.
En caso de que el tenista tuviera la agenda apretada por las molestas bodas, bautizos y comuniones que se suceden en esta época, Broncano tiene un plan B. “Si no puede Federer, me gustaría contratar a Juan, Damián y Marrón, de El hormiguero”, confiesa, aunque esto le causaría un gran disgusto, ya que “haciendo de mi show una cosa guay, empeoraría mi programa favorito”. “El hormiguero se tambalearía y eso sería una putada para mí porque cenó todas las noches viéndolo”, lamenta.
Por último, Broncano responde a la pregunta del millón. ¿Volverá a compatibilizar La vida moderna y La resistencia la próxima temporada? “Por mí sí, estoy muy a gusto, pero no soy un lobo solitario porque hay empresas que cotizan en el IBEX de las que depende esa decisión”, finiquita. Larga vida a los pachachos en estos tiempos faltos de risas.
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