Con 43 años a sus espaldas (20 de ellos dedicándose al oficio de hacer reír), Héctor de Miguel pisa las tablas del Teatro Arlequín con esa media sonrisa que se le dibuja de manera involuntaria a aquel que sabe que todo va a salir bien. Y sale bien. Una hora después, Quequé ha grabado del tirón dos nuevas entregas de LocoMundo y las decenas de personas que aguardaban pacientemente en la puerta de la sala desde las 12 de la mañana se van felices a su casa (o adonde quiera que vayan).
Finiquitado el show, el humorista analiza cómo le han sentado al espacio las diferentes novedades (cambio de plató, adiós a los colaboradores fijos) que ha introducido esta temporada. “Ha sido un meneo, lo que los publicistas llaman ‘restyling’, ‘rebranding’ o cosas cursis de esas”, asegura el salmantino, que opina que esta serie de novedades “le han venido muy bien al programa, no tanto por prescindir de Valeria Ros y Pablo Ibarburu, que son buenísimos, sino porque le ha dado otro aire. En esencia, sigue siendo lo mismo: cogemos un tema y lo analizamos desde diferentes puntos de vista pero, ahora, uno de los dos invitados suele ser una opinión autorizada del tema, lo cual nos ilustra porque somos muy ignorantes”.
Tras ejercer como colaborador durante los dos primeros años de vida de LocoMundo, Quequé se hizo con el control del programa tras la marcha de David Broncano, que abandonó la conducción del show en 2018 para ponerse al frente de La resistencia. Cuestionado acerca de qué otro formato le gustaría heredar, el cómico lo tiene claro: “Scott & Milá pero para ser el perro, que es el que se lleva el dinero sin hacer nada”.
Mientras intenta completar su transformación perruna, el humorista compatibiliza LocoMundo con La resistencia, donde acude de vez en cuando para llevarle un invitado sorpresa a Broncano. Personalidades tan diversas como María Teresa Campos, Taburete, Jorge Fernández o Michel han pasado por la sección de Quequé, que confiesa que tiene alguna espinita clavada aunque evita revelar el nombre por si las negociaciones llegan a buen puerto: “Sí pero no puede decirse quién es porque estamos intentando convencerle. El shock de esa sección es que venga gente que no esperas en ningún caso en ‘La resistencia’ y estamos detrás de gente así, ojalá digan que sí”.
Carga contra la izquierda cuqui: “Que dejen los memes, que son partido de gobierno”
Fuera del ámbito televisivo, Héctor forma parte, junto a Broncano e Ignatius, de uno de los grandes fenómenos radiofónicos de la década: La vida moderna. Pese al éxito que cosecha el espacio, el trío humorístico estuvo a punto de echar el cierre al programa tras encadenar una nueva bajada en el EGM. “A los jefes hubo que explicárselo despacio pero lo entendieron muy bien, es verdad que la SER siempre nos apoya para esas tonterías”, explica, matizando que “los anunciantes lo entendieron regular pero, al final, también entraron y bueno, fue gilipollez”.
“Somos gilipollas, mucha gente puede pensar que hacemos las cosas porque forman parte de un plan que tenemos… No, las cosas surgen en el momento y luego decimos ‘¿por qué hemos hecho esto? ¿Somos idiotas?’. Somos consciente de que en ese amago mucha gente ha dicho ‘ahí os quedáis’ pero bueno, qué le vamos a hacer”, añade, indicando que “esta temporada se ha tornado en una especie de telecomedia”.
Con respecto a si están dispuestos a finiquitar el formato antes de que muera de éxito, una medida que tomaron con Moderdonia y El Rancius, Quequé confiesa que el futuro del espacio aún no está decidido: “Nos lo pensamos seriamente el año pasado pero decidimos que no, que podía tener un año más y creo que el año que estamos teniendo está mereciendo la pena. No sé, tenemos que juntarnos los tres porque esto es una democracia orgánica y decidir qué hacemos, en un mes o así yo creo que lo tendremos decidido”.
A nivel profesional, el comunicador vive un gran momento gracias a sus intervenciones en televisión y radio, una etapa que ya vivió hace dos décadas al ganar el segundo certamen de monólogos de El club de la comedia. Tras encadenar diferentes proyectos como La corriente alterna, Splunge o Estas no son las noticias, Quequé desapareció temporalmente de la primera línea, algo que sabe que puede volver a sucederle: “Yo tuve suerte porque en la época en la que salía menos en la tele me hice fuerte en The Hole y en cosas así. La verdad es que aprendí porque me faltaba un poquito de directo, lo poco que tenía lo había perdido, y volví a encontrar el pulso en las salas y los bares. Hay que estar preparado siempre, lo único que hay que hacer es ahorrar porque esto en cualquier momento se acaba”.
Por último, el cómico aborda uno de sus grandes caballos de batalla: la izquierda cuqui, aquella que prefiere centrarse en los graffitis de Malasaña en lugar de luchar por mejorar la vida de los habitantes de los barrios de la periferia. Tras bromear sobre si son más mortales los integrantes de esta corriente o el coronavirus, Quequé les lanza un ruego: “Yo les pediría que pensaran que son partido de gobierno, que dejen los memes”.
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