En los artículos publicados hasta esta fecha nos hemos centrado en aspectos relativos a nuestra legislación, es decir, el requeriento que se hace a un conductor para recibir la habilitación como tal cuando obtiene prera vez su licencia o cuando tiene que renovar esta autorización.
Hemos hablado de las aptitudes psicomotoras y de los trastornos mentales y de conducta más significativos que recoge nuestra normativa y que se está aplicando en nuestro modelo de intervención psicológica en el contexto de la evaluación de conductores. Para nuestros conductores resulta familiar este modelo y está sometidos a él todos los ciudadanos que quieran obtener o renovar su permiso de conducir.
Ahora bien, en realidad ¿en qué consiste la tarea de conducir? desde el punto de vista de la Psicología se puede explicar esta tarea siguiendo esta secuencia de acciones:
Cuando nos sentamos ante un volante la prera acción que llevamos acabo es la de Explorar el entorno vial con el objeto de reconocer aquella información que entendemos es tante y desatendemos aquella información que no lo es. Una vez Seleccionada la información relevante, mantenemos nuestra atención durante periodos largos de tiempo. El siguiente paso consiste en Interpretar la información de manera adecuada y para ello, ponemos en juego nuestra capacidad de anticipar, de reflexionar, de valorara los riesgos, así como nuestras propias habilidades para interpretar y valorar las intenciones de los demás conductores.
El siguiente paso es la Toma de decisiones ajustadas, dando respuestas correctas ante cualquier situación, problema o conflicto que pueda presentarse durante la conducción.
En resumen, una conducción prudente y segura va a exigirnos una serie de habilidades. Por un lado las manipulativas y perceptivas (muy relacionadas con el manejo del coche y que son las que tratamos de explorar en nuestro modelo de aptitudes perceptivo motoras), así mismo unas habilidades cognitivas, relacionadas con el procesamiento de la información y finamente unas habilidades sociales relacionadas con las reacciones emocionales y dinámicas de relación interpersonal e interacción social.
El “Tráfico” es un escenario muy complejo donde nos vamos a encontrar con múltiples situaciones de interacción con los demás y en el que se va a poner en evidencia nuestra capacidad de autocontrol emocional y nuestra habilidad para hacer frente a situaciones estresantes. Estos aspectos son determinantes para una conducción eficaz y segura.
Nuestro sistema actual de evaluación de conductores adolece de la exploración de estas habilidades tanto cognitivas como sociales. Si ha atado al modelo de intervención, los instrumentos ademados para la evaluación de aptitudes psicomotoras pero en relación a las habilidades cognitivas o sociales no se han logrado aún introducir, es deseable que en futuras revisiones de la normativa, podamos ver incluida estas variables en el reconociento psicológico de los conductores.
En siguientes capítulos abordaremos aspectos relacionados con lo expuesto en este capítulo: Atención, percepción del riesgo, toma de decisiones y conductas prosociales en el tráfico.
D. Roberto Durán Romero
Vocal del área de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid)
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