MÉXICO DF (18/04/05) En 2004, dos periodistas fueron asesinados en las ciudades de Tijuana y Matamoros debido a su trabajo. La semana pasada, un editor fue baleado, una retera de noticias policiales sobrevivió a un intento de asesinato y un corresponsal que se especializa en tráfico de drogas desapareció.
MÉXICO DF (18/04/05) En 2004, dos periodistas fueron asesinados en las ciudades de Tijuana y Matamoros debido a su trabajo. La semana pasada, un editor fue baleado, una retera de noticias policiales sobrevivió a un intento de asesinato y un corresponsal que se especializa en tráfico de drogas desapareció.
Los ataques provocaron que el Instituto Prensa y Sociedad (Instituto Prensa y Sociedad, IPYS), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reteros sin Fronteras (RSF) y el Committee to Protect Journalists (Comité la Protección de los Periodistas, CPJ) pidieran una investigación inmediata.
El 8 de abril de 2005, Raúl Gibb Guerrero fue baleado y muerto cuatro pistoleros no identificados mientras se dirigía a su casa en Papantla en el estado de Veracruz, en la costa del golfo de México. Esa misma noche, Gibb Guerrero estaba en la ciudad de Martínez de la Torre, donde se estaba lanzando una nueva edición de su periódico “La Opinión”.
Había recibido amenazas de muerte anónas unos días antes del ataque. Las autoridades creen que Gibb Guerrero fue asesinado escribir artículos acerca del Cártel del Golfo, un poderoso grupo de narcotraficantes.
El 5 de abril, hombres armados atacaron a Dolores Guadalupe García Escamilla frente a la estación de radio donde trabaja, en la ciudad de Nuevo Laredo, en la frontera norte. García Escamilla fue alcanzada nueve balas pero sobrevivió al ataque. Ella presenta el programa “Punto Rojo” para la estación de radio privada Stereo 91.
Poco antes del ataque, la estación había difundido un informe de Escamilla sobre el asesinato de un abogado local del que se dice que representaba a supuestos traficantes de drogas. Nuevo Laredo, una ciudad de 500,000 habitantes en el estado de Tamaulipas, está sufriendo una ola de violencia relacionada con el tráfico de drogas. Más de 30 personas han muerto en lo que va de este año, dice el CPJ.
Mientras tanto, en el estado de Sonora, en el noroeste del país, no se ha visto al retero Alfredo Jénez Mota desde el 2 abril, cuando informó a un colega del periódico “El Imparcial” que se reuniría con una fuente. Jénez Mota se especializa en cubrir el tráfico de drogas y las noticias policiales. Recientemente había informado de supuestos planes de grupos de narcotraficantes para asesinar a funcionarios gubernamentales locales.
