La zona de fricción entre las placas tectónicas del Partido Popular y del PSOE se sitúa en
Madrid es para los populares el teatro donde demostrar la eficacia de su gestión y el mérito de un proyecto que ha puesto a la capital a la altura de Londres y París en la competencia empresarial. Le falta, eso sí, mejorar los índices de calidad de vida, y la percepción de unos ciudadanos que cuando salen a la calle sólo ven zanjas, montañas de escombro, y máquinas que rugen y exploran el subsuelo.
Las fricciones entre el gobierno de la nación y el de la comunidad han elevado
En el cuartel de Sancas se trabaja con un gran frenesí para achicar el agua. Los sondeos le auguran desastre. En el caso de Trinidad Jénez no hay pulso. Las culpas siempre se cargan hacia abajo. El prer señalado con la responsabilidad de la debacle ha sido el aparato de Comunicación. Por eso no es extraño escuchar estos días asuntos locales de Madrid convertidos en noticias nacionales los informativos de RNE. Presión. Sacaluga, forrabolas del periodismo de panfleto, dicta los minutados mientras castiga el hígado de Agustín de Grado en Telemadrid, para repetir persecuciones, en el viejo estilo de
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