Mientras la empresa propone ligar los salarios de algunos trabajadores a productividad, los sindicatos no renuncian a los reajustes fijos. Las movilizaciones coincidirán con la celebración de
Los sindicatos indican que durante este período los cuales “la representación de los trabajadores ha llevado a la mesa ocho propuestas que han sido rechazadas aun cuando suponían para la empresa un gasto menor que el desembolsado en forma de gratificaciones”. La empresa repartió en enero el 1% de sus beneficios en forma de gratificación. Estas gratificaciones que no incluyeron a los directivos se dividieron en tres tramos (lo que significó que el 60% de la plantilla recibió un cheque de 2.000 euros brutos, el 20% 3.000 euros y el resto, 1.000 euros brutos) y afectó a unos 1200 empleados, incluyendo a los trabajadores con contratos obra.
Los trabajadores protestan que estos dineros se repartiesen sin un criterio definido. En la empresa se ha señalado que la distribución se ha realizado según el ate de cada empleado a la empresa. En el centro del debate está precisamente el modelo de remuneración. La empresa apuesta una remuneración variable, mientras que los trabajadores quieren seguir teniendo pagas fijas y aumentos de salarios establecidos en el Convenio Colectivo. Para los sindicatos este planteamiento, “esconde la voluntad empresarial de modificar las relaciones laborales hasta tal punto que quedara anulado el Convenio Colectivo y fuera sustituido en la práctica pactos individuales”.
La últa propuesta de la empresa entregada en noviembre establece según
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