BUENOS AIRES (15/05/06) La confidencialidad de los correos electrónicos no existe cuando se trata de información sobre las largas garras del narcotráfico. Los mails del prosecretario de redacción y jefe de investigaciones del rotativo argentino Clarín, Daniel Santoro, fueron violados y robados cuando trabajaba en el caso de narcotráfico ‘Viñas Blancas’.
BUENOS AIRES (15/05/06) La confidencialidad de los correos electrónicos no está garantizada cuando se trata de información relativa a las largas garras del narcotráfico. Los mails del prosecretario de redacción y jefe de Investigaciones del rotativo argentino Clarín, Daniel Santoro, fueron violados y robados cuando trabajaba en el caso de narcotráfico “Viñas Blancas”.
La voz de alarma surgió cuando el abogado José María Ubeira, defensor del serbio Dejan Trisc, presentó una serie de fotocopias de los mensajes electrónicos de Santoro ante el tribunal número 5, que instruye el mencionado caso. El letrado aseguró que dicha información llegó a su oficina “en forma anóna”.
Lo más grave del asunto no es sólo la violación de los sistemas de seguridad del diario Clarín, sino que los plicados en el robo de correos lograron acceder a informaciones “off the record” que contenían esos mensajes y que, según declaró el propio periodista, recogían conversaciones con el magistrado Daniel Rafecas que instruye la causa de “Viñas Blancas” sobre el tráfico de 171 kilos de cocaína y que estaban fuera del secreto de sumario.
Santoro cree que con esta operación de espionaje de los mails que recibió entre el 1 de marzo y el 27 de abril pasado se busca deslegitar el trabajo del juez para generar dudas una vez que se celebre el juicio oral.
El fiscal Carlos Stolli solicitó al juez Guillermo Montenegro que investigue quién espió ilegalmente y robó correos electrónicos del periodista y del juez federal Daniel Rafecas. Adicionalmente, un equipo de seguridad informática del diario Clarín investiga el origen del pirateo informático.
La violación de esta herramienta de trabajo fundamental para el ejercicio de la profesión periodística en nuestros días atenta contra el secreto de la identidad de las fuentes y genera un ambiente enrarecido la inseguridad que invade a los pocos informadores que se dedican al periodismo de investigación. La debilidad de las leyes sobre delitos electrónicos en la mayor parte de los países latinoamericanos no disuade a los delincuentes que estén “tentados”a caer en este tipo de prácticas.
Condena de la ADEPA
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) expresó su preocupación estos hechos. Por medio de un comunicado, criticó la flagrante violación del secreto de la fuente periodística, que está tutelado la Constitución y pone de relieve que para la obtención de esta información se ha caído en un grave delito, que afecta la libertad de prensa. Por ello, pidió la mayor celeridad para esclarecer las circunstancias en que se llevó a cabo, así como la identidad de los autores materiales e intelectuales, tarea para la que solicitó el compromiso de las autoridades de Gobierno.
