Pedrojota no para de sorprendernos. Esta mañana El Economista ha publicado una entrevista en la que el director de El Mundo hace una encarnizada defensa de los valores tradicionales del periodismo y defiende la objetividad y la parcialidad de El Mundo. También aprovecha de criticar al resto de sus competidores señalan do que muchos han obtenido negocios no publicar una noticia. Lo que no cuenta Pedrojota es su conocida afición para emprender cruzadas personales en beneficio propio, siempre utilizando su propio periódico.
Pedrojota no para de sorprendernos. Esta mañana El Economista ha publicado una entrevista en la que el director del Mundo hace una encarnizada defensa de los valores tradicionales del periodismo y defiende la objetividad y la parcialidad de El Mundo. También aprovecha de criticar al resto de sus competidores señalan do que muchos han obtenido negocios no publicar una noticia. Lo que no cuenta Pedrojota es su conocida afición para emprender cruzadas personales en beneficio propio, siempre utilizando su propio periódico.
Pedrojota ha confirmado nuevamente que se considera a sí mismo como el defensor del periodismo, de la objetividad y de la rectitud periodística. De otra manera no se explican sus declaraciones publicadas El Economista esta mañana, en las que no sólo aprovecha de poner a El Mundo como el diario más independiente del país, sino que además aprovecha para calificar a sus competidores de poco comprometidos con las informaciones.
En esta entrevista, Pedrojota ha criticado a los grupos mediáticos que obedecen más a intereses comerciales y empresariales, sobre la función social. ‘Al final, la prueba del algodón es quiénes están dispuestos a publicar una noticia que va a perjudicar la cuenta de resultados del periódico. El Mundo lo ha demostrado y está ver que muchos otros diarios, con más años que nosotros lo hagan’, ha señalado.
El Director de El Mundo también ha dicho que muchos grupos ‘si tienen que elegir entre publicar una información que sea perjudicial para los intereses den su relación con el Gobierno para obtener una licencia, o en su relación con un grupo empresarial para obtener más publicidad, anteponen ese interés inmediato constante y sonante a su obligación y a su compromiso con los lectores’.
Pedrojota pone como ejemplo las informaciones publicadas en relación a César Alierta, para avalar su tesis de independencia periodística. Lo que no cuenta Pedrojota es su cruzada personal contra Alierta, una serie de in formaciones que tienen que ver más con viejas cuentas personales, que con real interés periodístico. Pedrojota tampoco cuenta que la serie de retajes sobre las adjudicaciones del Gobierno
Cruzadas personales que distan mucho del interés, independencia y objetividad periodística, que nos intenta vender el Director de El Mundo.
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