Los aficionados al fútbol suelen discutir con cierta frecuencia sobre la esencia de este dete: ¿es preferible jugar bien y dar espectáculo o ser prácticos y ganar el partido a toda costa? ¿Los buenos resultados justifican un juego aburrido? A veces, los expertos enfrentan el juego típicamente italiano, que busca sobre todo que el equipo contrario no marque goles, al inglés, que basa toda la estrategia en el ataque y en conseguir anotar más tantos que el rival. En general, ambos planteamientos son considerados más o menos válidos en función de los resultados finales, pero los aficionados suelen preferir que su equipo juegue bien, que tenga jugadores de calidad que se dediquen a “construir” y que el entrenador presente una filosofía de juego para ganar y no para no perder.
En el mundo de la empresa y la
Ambas estrategias son legítas en función de las circunstancias. Como en el caso del fútbol, la comunicación empresarial no es una ciencia exacta, pero es más fácil obtener resultados positivos si se cuenta con buenos profesionales y se trabaja para ganar y no para no perder. Contar con un plan de comunicación, construir una estrategia de relaciones con los Medios, difundir mensajes positivos sobre la Compañía, sus productos y su filosofía, prever las posibles crisis, sus consecuencias y las respuestas más efectivas son necesidades para una empresa que pretenda mantenerse en la exigente prera división.
El fútbol y la empresa también comparten otras características, como la tancia de contar con los mejores profesionales y d
Pero al margen de los paralelismos más o menos forzados, hay algo que diferencia sustancialmente a la esencia del fútbol frente a la
En el fútbol, si el equipo que va perdiendo se queda con 10 jugadores es probable que sólo la suerte y la brillantez individual de un jugador permita remontar el partido. En el contexto de
Alberto Oliveira
Estudio de