La guerra de este año los San Fermines está resultando más interesante de lo que podíamos pensar a priori. La competición entre TVE y Cuatro hacerse con la audiencia y sus esfuerzos destacar lo tradicional una, sobre lo llamativo la otra, hacen más interesante una retransmisión histórica, que para los amantes de los toros resulta prescindible y para el resto de la audiencia más que interesante. Y así lo confirman los datos: más de un 60% de share diario entre ambas cadenas.
La guerra de este año los San Fermines está resultando más interesante de lo que podíamos pensar a priori. La competición entre TVE y Cuatro hacerse con la audiencia y sus esfuerzos destacar lo tradicional una, sobre lo llamativo la otra, hacen más interesante una retransmisión histórica, que para los amantes de los toros resulta prescindible y para el resto de la audiencia más que interesante. Y así lo confirman los datos: más de un 60% de share diario entre ambas cadenas.
La retransmisión de TVE, pese a los añadidos de este año para hacerlo más espectacular, sigue siendo tradicional, especialmente interesante para los más puristas. Saben dónde colocar las cámaras para que el recorrido se vea perfecto, aunque luego no puedan emitir qué ocurre dentro de la plaza. Este año, su comentarista habitual, Javier Solano está acompañado en el set montado en Pamplona Almudena Ariza, para realizar una retransmisión mucho más larga y que se regodea en los detalles, itando ese estilo de España Directo que ahora quieren conseguir en todos los espacios de actualidad del canal.
En Cuatro sin embargo juegan a lo contrario: quieren dar a sus encierros un aire de gran espectáculo, mezcla de una emisión posible del trazado, con las conexiones de diversos reteros de la cadena que tienen poca idea del evento (mal experento el unir a gente de detes, Eva Hache y las mañanas de Cuatro y el gran Manolo Moles, que pese a saber mucho de toros, se le nota que no tiene el saber de Javier Solano en TVE quien lleva haciéndolo muchos años… y eso pesa). Por lo demás, no entendemos qué hacen Boris o Gonzalito Miró en Pamplona, aparte de disfrutar de unas vacaciones pagadas la empresa. Cuando comienza el encierro, ellos quieren hacer una transmisión espectacular, con multitud de cámaras que se mueven sin mirar a ningún sitio.
TVE, para intentar emular a su competencia, se sacó de la manga la visión desde dentro del encierro, dando a algunos corredores una microcámara. Pero… su gozo en un pozo: el ayuntamiento ha exigido a TVE que deje de hacerlo para cumplir con la normativa, que prohíbe la grabación de ágenes durante el desarrollo del encierro poner en peligro la integridad física de los corredores. Y es que entienden que el tador de la cámara está casi forzado a situarse junto a los astados a cualquier precio, poniendo incluso en peligro la vida de otras personas.
A Cuatro eso le da igual, que de planos van sobrados. La verdad es que, si la emisión del encierro en sí es horrorosa, merece la pena ver todos los detalles del después. Y en eso ganan a TVE: lucen sus mil cámaras colocadas en todo el recorrido. Y se lucen también mostrando lo que ocurre dentro de la plaza: tante si ocurre lo que en el encierro de hoy jueves cuando los toros del Marqués de Domecq mostraron toda su furia y su fortaleza, causando un tante parte de heridos, tres de ellos muy graves.
De momento y pese a todo, la audiencia está respaldando a TVE: una media de un 40/45% de audiencia frente al 20/25% de Cuatro. Al final en esto es como en las campanadas: la tradición es la tradición.
Seguiremos Informando…
