Juan Cruz firma un artículo en el que se recogen algunos de los pensamientos más íntos del fundador de Prisa, que van desde la fundación de El País hasta sus relaciones con personajes como Felipe González o Juan Luis Cebrián, así como lo complicado que fue en los preros momentos mantener la independencia de la cabecera, alejarla de las presiones de estamentos como el eclesiástico, o la evolución de las relaciones con los distintos partidos políticos que han ostentado el poder político en España.
El diario El País publicaba en su edición online unas reflexiones inéditas de Jesús de Polanco acerca de los momentos y personajes cumbres en su vida. ‘El Pacto de Sacha’ recoge los pensamientos más íntos de un vendedor de libros a domicilio capaz de crear con éxito un gran holding multedia presente en Iberoamérica.
En el texto, Polanco se muestra ‘más que orgulloso, satisfecho’ de algunas de las cosas que ‘ha ido haciendo’, en especial la consolidación de sus dos grandes proyectos, la editorial Santillana y El Grupo Prisa, tras la fusión del año 2000. precisamente, del naciento de El País habla largo y tendido, en especial de su relación con Juan Luis Cebrián, y del pacto que alcanzaron cuando el proyecto de diario iba a convertirse en realidad: él no se metería en asuntos periodísticos y sólo se ocuparía de los empresariales (‘Nuestro compromiso era que entre nosotros dos resolveríamos siempre las diferencias, tratando enca de todo de conseguir que el periódico estuviera siempre bien hecho, y con ello garantizar su independencia’).
Precisamente, este ‘pacto de sangre’ entre Cebrián (prer director de El País) y Polanco se produjo en el restaurante madrileño ‘Sacha’, que a la postre se erigiría como el hito sobre el que se edificaron las bases de El País. ‘La verdad es que desde el prer contacto con Cebrián hubo buena química entre nosotros… Hablamos del proyecto, le comuniqué cómo lo veía, y él a su vez me comunicó con toda confianza cuál era su perspectiva del asunto’.
Respecto a lo que motivó la creación de El País, Polanco afirma que ‘no nació contra nada ni contra nadie; no se propuso defender o atacar una ideología; desde el prer editorial, se propuso defender una idea de España enlazada con Europa y con el mundo, moderna y progresista’. Para el Presidente de Prisa, ‘un periódico tiene una mecánica sui géneris… Los periodistas mandan en ellos, mandan sus lectores, y manda la inercia con la que la actualidad o las convicciones profesionales van marcando el conjunto del diario…’, de ahí que ‘quienes quieren entrar en un periódico para controlarlo se equivocan; pueden intentarlo, y pueden tener la ilusión de haberlo logrado, pero se equivocarán siempre…’
En cuanto a sus enemigos, Polanco afirma: ‘cuando El País empezó, en aquella España posfranquista, a llamar a las cosas su nombre, y le dijo al pan pan y al vino vino, muchos se rasgaron las vestiduras que el periódico aludía a cuestiones que rechinaban en aquella sociedad: había estamentos, desde el financiero al religioso, que no estaban acostumbrados a que nadie pisara sus predios, y EL PAÍS lo hizo, con profesionalidad, con documentación, con buena información contrastada’ […]. El prer efecto de la reacción de determinados sectores de la sociedad con respecto a EL PAÍS fue la guerra el poder en el periódico a la que ya he aludido… Desde fuera, como he adelantado, se podía pensar que esa guerra era contra Cebrián, la línea que marcaba en el periódico, pero esa guerra fue claramente contra mí…’.
Otro episodio difícil fueron sus relaciones con
De sus relaciones con el poder, el presidente de Prisa declara que ‘la relación de El País con el poder político, cualquiera que fuera éste a lo largo de su historia, ha tenido sus altibajos, pero nuestra obligación ha sido mantener una relación adecuada en todo momento, teniendo en cuenta que el periódico nació con la voluntad de contar este país y de contar en este país…’. Su especial relación con Felipe González también aparece en el artículo: ‘Felipe siempre me pareció un seductor, y la verdad es que con él mantuve una buena relación desde el prer día, siempre nos hemos llevado bien, a pesar de los altibajos que se han ido produciendo, siempre razones profesionales, a lo largo de los años, en la larga época en que él fue presidente del Gobierno. Pero cuando salió del Gobierno intensificamos nuestras relaciones y ahora somos grandes amigos… Le tengo afecto y para mí es uno de mis amigos personales…’.
En resumen, la gran baza de Polanco siempre ha sido la independencia: ‘visto desde ahora, yo creo que la clave del desarrollo de El País fue su lucha la autosufiencia, depender de sí mismo […]. Personalmente, desde que tengo uso de razón, una de mis obsesiones ha sido la de mantener la independencia, ésa ha sido la constante de mi vida… […] Esa que buscaba, en este caso, no era mi propia independencia, sino la del medio… Y había que buscarla de acuerdo a criterios profesionales…’.
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