En España cerca de 400.000 vehículos circulan sin la póliza de seguros obligatoria, según cálculos del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) que, el año pasado, debió atender e indemnizar 15.800 siniestros provocados estos conductores que incumplen la Ley. La mayoría de estos accidentes están protagonizados vehículos de dos ruedas, jóvenes conductores y turismos de bajo coste que, posteriormente, deben asumir su responsabilidad ante los tribunales.
Las cifras las dio a conocer el director del Consorcio, Ignacio Machetti, durante la presentación ante los medios de comunicación del sistema piloto que plementará la Dirección General de Tráfico para detectar a los coches que circulan sin la póliza.
Ante tal escenario, una buena noticia: en 2007, pese a que el parque automotriz continúa con su tendencia creciente, el índice de accidentes de automóviles sin póliza sigue disminuyendo. Los datos así lo indican: en 2003 había un parque cercano a los 27 millones de vehículos; entonces, el CCS tuvo que sufragar los gastos generados 23.500 siniestros sin póliza.
La tendencia muestra un claro incremento de los coches y motos que circulan nuestras carreteras, con un parque que en 2006 llegaba a los 31 millones, y un descenso los siniestros provocados turismos o motos sin seguro hasta el punto que el año pasado el Consorcio registró 15.800 accidentes de este tipo.
El Consorcio de Compensación de Seguros, organismo dependiente del Ministerio de Economía, es el encargado del Fondo de Garantía que atiende los siniestros provocados coches que no están asegurados. Machetti ha recordado que, además de gestionar y anticipar las indemnizaciones de los accidentes provocados estos vehículos, posteriormente se persigue tanto al conductor como al propietario para que hagan frente no sólo a los costes de los daños generados, sino también otras sanciones el incumpliento de la Ley.
No hay excusa para no contar con la cobertura obligatoria, pues el director del Consorcio recordó también que este organismo está obligado a asegurar cualquier vehículo, ya sea un turismo, un dos ruedas o de transte pesado, que haya sido rechazado el sector privado, con precios contenidos y con la facilidad de contratarlo incluso telefónicamente.
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