Envíos de mensajes de texto equivocados, palabras fuera de micrófono que luego eran emitidas los medios de Comunicación, ninguna estrategia de Comunicación y acompañante fiel de Zapatero, son las frases que podrían definir el trabajo de Fernando Moraleda al mando de la Secretaría de Estado de Comunicación, un periodo con pocas luces y muchas sombras. NOTICIA CON VIDEO.
En medio de la polémica crisis la ley del vino, la polémica en el sector remolachero, la reforma de la OCM y enfrentamientos con Consejeros regionales de agricultura, Zapatero nombraba a Fernando Moraleda como nuevo secretario de Estado de Comunicación y lo sacaba de la secretaría de Estado de Agricultura. Antes del 2000, Moraleda era secretario general del sindicato Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y uno de los líderes sindicales agrarios más duros.
Corría el 28 de septiembre de 2005 y muchos especularon con que la salida de Miguel Barroso uno de los pilares de la estrategia de Comunicación y para la Comunicación de Zapatero abandonaba el Ejecutivo discrepancias con la tavoz María Teresa Fernández de la Vega. En cualquier caso, al llegar a la secretaría Moraleda se encontró en marcha con casi todas las decisiones de la legislatura en materia de Comunicación.
MORALEDA CONVERSA CON PRTV EN ENERO DE ESTE AÑO
Miguel Barroso dejaba el cargo en un momento en el que la reforma audiovisual daba sus preros pasos (todavía está pendiente). En julio de ese año era aprobada en Consejo de Ministros la reforma de RTVE y el nuevo mapa de la televisión digital terrestre con plazos y reparto de licencias incluido. En este proceso, Barroso desempeñó un papel clave al pulsar un acuerdo entre los distintos operadores. Barroso también pulsó la puesta en marcha de la ley de Publicidad y Comunicación Institucional, aunque ésta se aprobara durante el periodo de Moraleda.
Una muestra del trabajo de Moraleda es que lo que no dejó atado Barroso Ley General Audiovisual y la Ley del Consejo Audiovisual finalmente quedó pendiente para esta legislatura. Y es que su perfil de político nunca terminó de encajar en los requerientos técnicos del cargo. Durante sus dos años y medio en el Ejecutivo siempre estuvo a la sombra de Luis Arroyo, el verdadero ideólogo de la Comunicación de Moncloa que abandonaría el gabinete para acompañar a Carmen Chacón la mujer de su ex jefe Barroso en Vivienda.
Criticado en ocasiones, se dijo que fue nombrado secretario de Comunicación a la vista de su historial y de su amistad con Zapatero. Y es que sus obras tampoco destacó. En varias ocasiones se especuló con su salida luego de algunos desaguisados. Constantemente opinaba de todos los temas haciendo de una suerte de ‘suplente’ de María Teresa Fernández de la Vega, aunque sin el éxito de la Vicepresidenta dado su desconociento de algunas materias. Incluso en varias ocasiones su relación con los medios fue caótica enviando SMS equivocados a los periodistas y sosteniendo conversaciones privadas que luego se filtraban.
Durante su últo año, adoptó un perfil bajo y salió de la sobre exposición mediática en que se enfrascó en su prera etapa. Optó entonces la mesura y acompañar a Zapatero en sus viajes el mundo, sin volver a aparecen ante la prensa con contadas excepciones en programas de televisión y en temas muy concretos y acotados. Durante la campaña electoral de Zapatero estos últos meses, tampoco tuvo una participación estelar, anticipando que ya no estaría en el Ejecutivo. Y así fue.
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