Un marco inigualable para entregar unos premios al mérito en el periodismo: La Real Casa de Correos. La 69º edición de la ceremonia de premios APM, contó con una gala presidida Esperanza Aguirre y el presidente de la asociación organizadora, Fernando G. Urbaneja. En ella se dieron cita numerosas figuras de la profesión y se premió la trayectoria, la audacia, el compromiso y el saber hacer.
prnoticias no se lo quiso perder. Después de 70 años los Premios de Periodismo APM brillan con luz propia y eso convocaron a numerosos profesionales del mundo del periodismo que quisieron acompañar y apoyar a los seis premiados en 2007. El premio Rodríguez Santamaría, el más antiguo de los galardones que conceden los asociados, y que destaca la trayectoria, se ha destinado en esta ocasión a toda una vida dedicada a transformar las ideas en ágenes: a Máxo San Juan, ‘Máxo'. Quien se manifestaba sorprendido, recibir el premio a la trayectoria, ya que ‘eso significa que ya ha llegado el final'.
Maite Cunchillos, jefa de Prensa de la Audiencia Nacional, recibía el premio Victor de la Serna, su labor de comunicación durante el juicio del 11M. Como profesional más destacada del año, la galardonada, aseguraba que se trata de un homenaje a la prensa judicial, muchas veces minusvalorada.
El premio a la especialización, el Premio Javier Bueno, recayó en la persona que ha reflejado en sí mismo durante años la técnica del periodismo especializado, Ramón Sánchez Ocaña, quien no quiso extenderse en su alegato. Aseguraba que disponía de dos discursos, uno breve: ‘gracias' y otro algo más largo ‘muchas gracias', para expresar que se sentía ‘abrumado' haber sido distinguido sus compañeros de profesión.
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Tras señalar la profesionalidad y la experiencia, no se podía menos que distinguir el trabajo buen hecho de la juventud. El Premio Larra, desierto durante muchos años, recaía en este año 2007 en la persona de Sergio Martín de RNE, desconocido para muchos, pero destacado como un ‘todoterreno audaz' la Presidenta de la CAM. Martín quiso dedicar el galardón a otros compañeros de profesión, también jóvenes, pero ‘no siempre bien pagados'.
En cuanto al Premio Miguel Moya, recayó en Javier Godó, editor de La Vanguardia, que a pesar de no ser periodista, era calificado su respeto a la profesión. El Conde de Godó agradeció a todas las autoridades su asistencia y entre sus palabras, destacaba la libertad de su periódico e intentaba lanzar una predicción sobre le futuro de la prensa de papel: ‘Los periódicos tendrán que cambiar de forma para adaptarse a la nueva realidad, deberán ser más analíticos e interpretativos para la nueva sociedad tecnológica'.
La novedad llegaba de la mano de Ángel del Río, galardonado con el premio de nueva creación, Francos Rodríguez, y que inauguraba la distinción de la prensa regional. Del Río, ligado a la información de Madrid desde hace 37 años, aseguraba que lo recibía con la satisfacción de que era un ‘premio justo'.
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