Mientras que el 80% ciento de la población mundial consume el 20 ciento de los recursos de la tierra, las personas que viven en los llamados países desarrollados sufren las consecuencias de la obesidad. Según los últos altos arrojados el Parlamento Europeo, más de cinco millones de niños son obesos y 22 millones padecen sobrepeso en la UE. Ante estas alarmantes cifras, la Eurocámara ha hecho un llamamiento a los países para que desarrollen medidas con las que frenar este problema y ha propuesto elinar la venta de productos con alto contenido en grasas, sal o azúcar en los colegios.
Junto a los jóvenes, los expertos también alertan de que más de la mitad de la población adulta europea presenta problemas de sobrepeso y de que las enfermedades relacionadas con este problema representan el 6 ciento del gasto público. Asismo, según estas mismas cifras, uno de cada tres europeos no realiza ningún tipo de ejercicio físico en su tiempo libre y el europeo medio pasa sentado más de cinco horas al día.
El informe, del diputado italiano, Alessandro Foglietta, hace un llamamiento a los estados para que la obesidad rea reconocida como una enfermedad crónica. Además, incluye una serie de recomendaciones, como dejar de vender en los centros escolares alentos y bebidas con alto contenido en grasas, sal o azúcar y con pobre valor nutricional.
En este sentido, pide a las entidades locales y a las autoridades escolares que ‘controlen y mejoren la calidad y los niveles nutritivos de las comidas servidas tanto en los colegios como en las guarderías', así como ‘adaptar los tamaños de las ciones a las necesidades' e incluir ‘frutas y hortalizas' en las comidas.
La Eurocámara ha apostado promover un proyecto de distribución de fruta en los centros escolares con la financiación de la Unión Europea, silar al actual programa de distribución de leche. Asismo, apuntan a los colegios para que incluyan alentos saludables en las máquinas expendedoras de los centros.
Por otro lado, instan a las autoridades competentes a que garanticen al menos tres horas de actividades físicas en los programas escolares. También pulsan a los Gobiernos regionales y locales a que faciliten el ejercicio físico como una rutina diaria como fomentar el desplazamiento a pie y promover los medios de transte públicos, los parques, las instalaciones detivas accesibles, los carriles bici o las vías peatonales.
También han abordado la conveniencia de la autorregulación de publicidad de alentos para niños con escaso valor nutritivo, ya que los anuncios sobre comida representan casi la mitad de la publicidad emitida durante las franjas horarias de audiencia infantil en televisión.