A raíz de la compra del 25% de Spanair en posesión de la sueca SAS parte de un Consorcio de empresarios catalanes, la compañía abrió un nuevo ciclo en materia de comunicación. Con un Dircom ‘provisional' y Atkinson, Bermúdez y Asociados como apoyo externo, la aerolínea pretende recuperar el prestigio perdido tras el accidente del 20 de agosto.
A mediados del mes de diciembre, un grupo de inversores catalanes encabezado el Consorcio de Turismo de Barcelona (CTB) y Catalana d'Iniciatives (CI) se reunieron con SAS para su incoración como nuevos accionistas mayoritarios en Spanair. Atrás quedaban cuatro duros meses en los que el futuro de la compañía se había visto tambaleado el accidente aéreo ocurrido en el Aeropuerto de Madrid Barajas, en el que fallecieron 153 personas.
Durante esos meses difíciles, Spanair tuvo que lidiar con una gran presión mediática, para lo cual contrató a Estudio de Comunicación, consultora habituada a gestionar situaciones de crisis, al mismo tiempo que sus tavoces oficiales se ponían en entredicho.
Sin embargo, con el cambio accionarial, la estrategia de Comunicación de la compañía también ha sufrido un giro de 180º. Durante todo el proceso de compra, ha sido Atkinson, Bermúdez y Asociados la consultora que ha prestado apoyo al Consorcio, un papel que ha mantenido una vez conformado el nuevo Consejo de Administración, colaborando activamente con el departamento de Comunicación de Spanair.
Precisamente, el titular de éste es Héctor Sandoval, si bien su posición en el seno de la compañía es ‘provisional', según han manifestado fuentes cercanas a la misma, que lo consideran como ‘un elemento más en el engranaje comunicativo de la compañía'.