En los presupuestos del pen drive no se cuenta nada sobre dónde está la pasta del silencio de los editores. Ahora les tocará pelear hasta que Zapatero se sensibilice y les otorgue lo que les prometió. Estamos ante una nueva situación. Los editores pueden levantar el hacha de guerra contra el desgobierno de ZP y los ciudadanos pueden verse empujados a salir a la calle sin sus sindicatos y sin una guerra, aunque sea pancartera y estemos hasta las orejas metidos en Afganistán, que llevarse a la boca.