El que ahora les digamos a los que cruzaron prudentemente la via en el apeadero de Castelldefels no sirve de nada. Los culpables ya han pagado con creces su temeridad. ¿Qué queremos, aumentar el dolor de las familias que se han quedados sin hijos o hermanos, recordándoles que sus seres queridos, rotos en mil pedazos, eran unos irresponsables? . Dejemos que la Justica trabaje en silencio, enterremos a los muertos, lloremos en silencio su desgracia y digámosle a ADIF delante de Su SeñorÍa todo lo que se nos ocurra, como ejemplo que “los seguratas” que contraten lleguen cuando los trabajadores de las estaciones acaban su jornada y no una hora después. Seamos valientes y propongámosles que los trenes de alta velocidad no atraviesen los apeaderos de cercanías, o sea, que los rodeen como en Tarragona. En fin, y que cuantas mas puertas haya mejor saldrá la gente, sobre todo en dias como Sant Joan. Después de todo eso y pasado entierro ocupémosnos de quienes cruzan las vías, pero está vez, en serio. Ahora, no toca ¿De acuerdo Ministro Pepiño?.
Manuel Fernando González
Editor y Director