‘Queremos pedirle que rectifique su mensaje y que reconozca que se ha equivocado, que sí ha hecho algo malo y que una prudencia de este tipo no solo no puede cometerla cualquiera sino que no se debe hacer bajo ningún concepto’. Así de contundentes se muestran desde la Aesleme (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal cuyo fin principal es la prevención de accidentes) en un mensaje dirigido especialmente al profesor Jesús Neira, que ha sido considerado culpable de un delito contra la seguridad vial al triplicar la tasa máxa de alcohol permitida.
Diez meses de retirada del carné de conducir, una multa de 10 euros durante 6 meses y trabajos en beneficio de la comunidad. Jesús Neira, quien ostentaba el cargo presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género, han sido condenado un delito contra la seguridad vial al ser pillado al volante con una tasa de 0,85 miligramos en aire espirado, tres veces enca del límite permitido. A pesar de todo, el profesor afirmaba no sentirse arrepentido a la entrada de los juzgados. Unas declaraciones que han causado ‘gran desasosiego’ entre diferentes asociaciones de víctas de accidentes de tráfico.
Una de ellas ha sido Aesleme. En nota de prensa, la asociación pide a Jesús Neira que rectifique sus afirmaciones. Y es que entre sus declaraciones encontramos frases como ‘el delito contra la seguridad vial se basa en un comtamiento prudente, todo podemos cometer esa prueba. Una buena tarde, después de una ingesta de determinadas bebidas, nos ponemos delante de un volante’; o ‘menos mal que se fijó un policía en que no tenía una conducción normal, que si no hubiera habido una desgracia. Me sentía completamente fatal y no tenía buena visión’…
El mensaje emitido desde la asociación es contundente: ‘usted, que ha estado hospitalizado tantos meses, debería saber, como nosotros, lo que supone. Y queremos hacerle entender que es usted una persona que ostenta un cargo público y que una prudencia al volante no solo puede acabar con su vida, sino mucho peor, puede acabar con la vida de los demás, que nada tienen que ver con su decisión de mezclar alcohol y medicación y conducción; o puede dejar a alguien en una silla de ruedas de vida o con las secuelas irreversibles de un traumatismo craneoencefálico’.
Por últo, Aesleme solicita al profesor que reconozca que se ha equivocado e inciden en que ‘además de luchar contra la violencia de género, que genera casos tan dramáticos y desgraciados, hay que luchar contra la violencia vial, que destruye también familias y provoca más de 3.000 muertos e infinidad de dramas terribles’.
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