Llegas tarde, pidiendo una caña y haciéndote notar…
Llegas tarde, hablando deprisa y sin pararte a escuchar…
Llegas tarde, degustando ‘a destajo’ y siendo el prero en acabar…
Llegas tarde, profiriendo falsos halagos y sonriendo sin parar…
Llegas tarde, haciéndote fotos y empujando al marchar…
Los vampiros nunca duermen…