- Jesús Cacho y José Antonio ‘Totoyo’ Sánchez no han logrado ponerse de acuerdo para cerrar definitivamente la salida del es director de El Confidencial. Totoyo no está dispuesto a pagar lo que pide Cacho el 30% de sus acciones. La vía judicial parece ser la única solución en estos momentos.
Las negociaciones para la venta del 30% de Cacho en Titania –editora de El Confidencial a José Antonio Sánchez, siguen entrampadas. Cacho quiere vender y Totoyo quiere comprar, pero ambos tienen visiones totalmente distintas respecto de la valoración del periódico. Desde prnoticias os contamos que objetivamente la cabecera podría valer unos 30 millones de euros considerando sus intangibles y sus resultados económicos de los últos dos años. No obstante, esta valoración es elevada en varias decenas de millones de euros los abogados de Cacho, mientras que Totoyo reduce estos 30 millones al menos a una déca parte.
TODO SOBRE LA CRISIS EN EL CONFIDENCIAL
El problema es que El Confidencial sin Cacho no es lo mismo. Evidentemente pierde su gran valor como medio de referencia y se deja gran parte de sus ‘intangibles’ en el camino. En base a esta situación Cacho se enfrenta a la paradoja de vender sus acciones de una empresa cuyo principal valor es él mismo y que sin su participación pierde varios millones de valoración en el mercado, millones que dejaría de cobrar el propio Cacho. En este entendido, quienes han seguido de cerca el proceso indican que la única manera de resolver estas diferencias insalvables es ir a los Tribunales
¿Pero qué ha hecho que dos socios lleguen a este punto después de diez años gestionando en conjunto una empresa de gran éxito periodístico y comercial? En conversación vía correo electrónico con prnoticias, el propio Cacho definía a Totoyo como su ‘socio y amigo,’ días antes de que se hiciera pública su salida en términos que distan completamente de la aparente relación de amistad que mantenían los dos fundadores de El Confidencial. Incluso quienes estuvieron cerca de la últa discusión que se saldó con la salida de Cacho, indican que la agresividad presente era máxa y que incluso se produjeron episodios de violencia verbal desconocida para ambos personajes.
Y es que durante los últos meses la relación entre Cacho y Totoyo se hizo insostenible formas de entender la marcha del diario. Cacho –apartado en diciembre del Consejo de Administración de la empresa defendía una visión periodística ajena a presiones empresariales –o al menos a todas las presiones empresariales mientras que Totoyo prefería informaciones de análisis y que estuviesen ajenas del periodismo más militante. La idea de Totoyo era modificar los contenidos del diario más hacia una revista que hacia un tal de informaciones exclusivas y comprometedoras.
Ahora la guerra está abierta y lo único que les queda en común a Cacho y Totoyo son sus acciones en Titania, el últo punto de disputa que amenaza con judicializarse y fracturar la aparente tranquilidad accionarial del Grupo.
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