A mi me parece que España es de varios colores. La que vi en el debate de Rajoy y Rubalcaba era en blanco y negro, o si lo prefieren, en azul y rojo. Con el señuelo de la crisis delante, los candidatos dejaron a los independentistas vascos, catalanes y gallegos una pista ancha y larga la que dejar correr sus argumentos que siempre conducen al mismo sitio: al enfrentamiento más radical y absurdo. Los que nos sentos federalistas, como lo era Castelao, no tuvos la mas mína otunidad de sentirnos integrados en los dos proyectos enfrentados. Por lo que ayer hemos escuchado y visto, las Autonomías ya no existen, lo cual, además de un error mayúsculo de los dos candidatos, será tras las elecciones una inmensa piedra en el caminar para el que tenga que gobernar. Tampoco pudos observar grandeza de Estado en las propuestas de los líderes de los dos grandes partidos, al soslayar la posibilidad de que de este lío económico solo se sale o con un gobierno de coalición o con pactos de grandes mayorías ideológicamente distintas. Una vez más las ansias de ganar y destrozar al rival les pudo a los dos protagonistas del debate, que con un presentador ya ‘muy amortizado’ parecía haber sido rescatado de las videotecas de TVE. En fin, que como no quiero ser pájaro de mal agüero, me alegro que eso de los debates se consolide, aunque sigo creyendo que con substanciales retoques y un mayor numero de participantes.
Manuel Fernando González
Editor y Director