Mauricio Fernández analiza en su libro la relación entre el terrorismo y la información y dedica un capítulo a los errores más comunes cometidos los medios de comunicación en esta materia. Dar demasiada información sobre una operación policial o hacer conexiones en directo cuando se produce un atentado puede convertir al periodista sin quererlo en un arma al servicio del terrorismo.
Mauricio Fernández explica en su libro ‘Terrorismo e información: la batalla la libertad de expresión’ las armas informativas con las que cuenta el terrorismo, el desarrollo histórico de la relación entre ETA y los medios de comunicación, la perversión del lenguaje terrorista y su influencia en el lenguaje periodístico y los errores más comunes a la hora de informar de los hechos terroristas.
Errores tales como atar en una información claves sobre las operaciones policiales, que pueden resultar muy útiles para los terroristas. Detallar cómo ha sido descubierto un comando terrorista hará que se tomen mayores precauciones en posteriores acciones y dificultará la tarea de las Fuerzas y Seguridad del Estado.
En el libro se hacen algunas recomendaciones a la hora de tratar la información sobre terrorismo, como reducir el espacio destinado a la misma en los informativos, no difundir la propaganda terrorista (comunicados, entrevistas personales, etc.), evitar la terminología terrorista, mantener una línea editorial consecuente, clara e incluso beligerante, no atar detalles de acciones terroristas que puedan servir para crear precedentes que otros grupos puedan itar y evitar difundir las demandas de los grupos terroristas. Así mismo propone litar las emisiones televisivas en directo, ‘que se convierte a los terroristas en directores del programa’.
El autor reflexiona sobre la sbiosis que se produce entre el terrorismo y los medios informativos, puesto que los terroristas buscan la publicidad de sus actos. Por otra parte, alerta de que el silencio informativo en torno a estos actos sólo generaría desinformación, rumores, miedo y en definitiva ‘efectos más negativos que los que la propia información pueda inducir’.
Mauricio Fernández es amplio conocedor del tema ya que entre 1996 y 2002 ocupó la subdirección general de comunicación y relaciones institucionales del Ministerio del Interior y más tarde de la Vicepresidencia Prera del Gobierno. Desde el año 2004 es director de comunicación nacional de Telefónica.
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