Cómo curran los chicos de la Comisión Nacional de Competencia, y cómo nos hacen currar a los demás últamente. La cantidad de expedientes que están abriendo y sacando a la luz en los últos meses solo pueden responder a algún motivo concreto, que creo que nadie en su sano juicio opine que en este momento precisamente, la competencia en España atraviese horas bajas.
La contención del consumo y las circunstancias duras para todos lo son aún más para el mercado, que ve como los clientes se han vuelto más volátiles que nunca buscando el últo euro que ahorrar. Y especialmente, los de la telefonía móvil, un mercado activo y dinámico como ninguno en el que los cambios de operador son una auténtica locura variedad y rapidez.
Seguramente ha habido tiempos en los que un regulador de Competencia hubiera tenido un gran papel, pero no son estos. Y es justo ahora cuando la CNC se harta de multar, en una combinación desquiciante entre buscar financiación y buscar notoriedad, dos cosas que va a necesitar a muy corto plazo.
Y es en la segunda línea de la CNC y no en la prera, donde se encuentra el cerebro de esta estrategia de máxa presencia. La directora de investigación, Clara Guzmán, con el permiso de su jefe, el más apacible Bernaldo de Quirós, está liderando este moviento de acoso y derribo a las empresas como una particular Torquemada del libre mercado.
La multaza que les cayó ayer a los tres operadores móviles con red, para que se hagan una idea, es sobre los sms, un servicio ya en decadencia –si venía a poner remedio a algo, llega tarde y se trata de una actuación de oficio, es decir, sin denuncia ni queja de medio de ninguno de los operadores que se supone que estaban sufriendo esos abusos. En fin, un expediente que viene a arreglar lo que no estaba roto, y que, como el 90% de las actuaciones de la CNC, será anulado y rebajado sensiblemente en los tribunales, a los que acudirán a la mayor brevedad los tres operadores multados, como ya anunciaron ayer.
Como apunta hoy un medio económico, a las telecos se las podrá acusar de muchas cosas, pero no de anticompetitivas. Están bajando precios de forma salvaje, contribuyendo inequívocamente a contener el IPC y han dado entrada en el mercado a los operadores pequeños –que, cierto, alquilan y revenden servicios sobre la red de los grandes los cuales están ganando cuota de mercado a una velocidad pensable para otras muchas empresas.
Pero nada de todo eso frena a Clara Torquemada y a su equipo. Actúan en automático y con un solo objetivo: mantener su papel preponderante en el nuevo regulador que veremos a partir de pravera. Para entonces sus multas habrán sido anuladas, pero ellos seguirán en la pomada. Ésa es la clave.
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