La edición digital de The Washintong Post amanecía hoy dando notoriedad a las víctas del ataque llevado a cabo en Siria. A través de una galería de dramáticas ágenes y de un discurso derivado desde Beirut, el diario se hacía eco de la tragedia en su sección de Oriente Medio. Sin embargo, entre las líneas del texto se ha ‘colado’ una llamativa foto que nada tiene que ver con el aconteciento.
Se ha cuestionado en innumerables ocasiones la publicación o emisión de ágenes de accidentes, asesinatos o cualquier tipo de hecho trágico. Mientras unos medios sucumben a la máxa que sostiene que ‘una agen vale más que mil palabras’, otros rehúsan emplearlas respeto a los familiares y para ahorrar a sus lectores o a su audiencia una violenta experiencia. En esta tesitura, el pensar en cómo la audiencia asilará estos recursos gráficos y la pertinencia de la publicación de los mismos es parte del trabajo que editores y periodistas deben manejar con criterio.
El juicio de estos profesionales se dilata a aspectos más generales. La distribución de los elementos visuales y del contenido escrito en los medios, ya sean presos o electrónicos, constituye una tarea cuyo grado de compromiso social no debe mermar; aún menos cuando el contenido gráfico trata sobre tragedias humanas. Por ello, resulta tan llamativo el caso de The Washingon Post. La edición digital del diario estadounidense ha publicado en su sección ‘Photos of the day’ la agen de una chica divirtiéndose entre el jugo de tomate procedente de la famosa Tomatina que se celebra en el municipio español de Buñol.
Hasta aquí, todo está bien. La polémica surge cuando esta agen ‘se cuela’ entre el discurso y las explícitas fotografías de adultos y niños asesinados en Siria. ¿Puede considerarse un desgraciado descuido de la veterana publicación? ¿O una mala pasada que le ha jugado las nuevas tecnologías? Los avances tecnológicos nos han facilitado la vida en muchos aspectos, pero a veces pueden minar nuestra profesionalidad o nuestra reputación.
Seguiremos informando…
