Teresa Romero ha superado el ébola después de dos semanas ingresada. Unos días en que los medios de Comunicación han mostrado su peor cara con coberturas estrambóticas y cargadas de sensacionalismo. La últa la hemos visto este fin de semana con la publicación en ‘El Mundo’ de un álbum con ‘las fotos más íntas de Excalibur’, el perro de Teresa sacrificado a pesar de que nunca se confirmó si era tador de la enfermedad. Pero no es lo único. Fotos de Teresa con una máscara de oxígeno, visitas diarias a su urbanización y publicación de su presunta muerte son sólo parte del circo mediático que se ha montado en torno a la enfermedad.
Pese a que las organizaciones de periodistas no se atreven a criticar abiertamente a los medios, la realidad es que la cobertura de la crisis del ébola en relación a su principal afectada: Teresa Romero, ha sido para olvidar. La alarma saltaba hace dos semanas, prero con datos vagos de la afectada, pero a los pocos minutos con la confirmación absoluta de quién era, dónde trabajaba, vulnerando cualquier tipo de privacidad y derecho a la intidad.
Al mismo tiempo se disparaban todo tipo de especulaciones mediáticas respecto de las fuentes de contagio de la auxiliar de enfermería, a lo que lamentablemente contribuyó la caótica política de Comunicación del Ministerio de Sanidad. Sin información, los medios apostaron creer a cualquier fuente que decía conocer el caso.
Posteriormente los medios se lanzaron a conseguir entrevistas ‘exclusivas’ con Teresa al mismo tiempo que se filtraba que el perro de la afectada Excálibur había sido sentenciado a muerte las autoridades bajo la sospecha de que podía estar contagiado, algo que finalmente nunca se pudo comprobar.
Teresa logró hablar con al menos tres medios, uno de ellos ‘Las Mañanas’ de Cuatro, una entrevista criticada incluso la FAPE que se realizó con una Teresa en uno de sus peores momentos de salud y sin saber siquiera con quién estaba hablando.
Y mientras todos los medios –Televisiones, Radio y Prensa se apostaron en la urbanización de la afectada en Alcorcón esperando tomar algunas ágenes de Excalibur, grabando a los manifestantes que se oponían al sacrificio del perro y entrevistando a todos los vecinos del sector, una práctica que se repitió hasta el infinito en días sucesivos.
Paralelamente otro nutrido grupo de cámaras, técnicos, unidades móviles y reteros se situaron a las afueras del Hospital Carlos III esperando los partes diarios de los doctores, de la tavoz de Teresa e intentando cazar ágenes de los afectados y de quienes en observación se asomaban a las ventanas para fumar, saludar o incluso para mostrar carteles.
En el medio, al menos dos medios dieron muerta erróneamente a Teresa. La COPE incluso llegó a publicar que había fallecido, una información que luego tuvo que retirar de Intet, mientras que los diarios de Vocento publicaron un artículo respecto de la incineración de su cuerpo.
El fin de semana pasado, no obstante, se llegó al punto álgido del mal gusto con la publicación de una fotografía de Teresa con una máscara de oxígeno mientras estaba siendo examinada. Las críticas fueron tan duras que la mayoría de los medios que las publicaron Intet optaron retirarlas a las pocas horas.
Este fin de semana y el mismo día que se conocía que Teresa ya daba negativo ébola, llegaba la guinda del sin sentido con la publicación de las ‘fotos más íntas’ del perro de Teresa. Unas ágenes en que se veía al perro sentado, en un parque y poco más. Una manera ‘ad hoc’ de terminar una cobertura para olvidar.
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