Los diarios no podrán repetir el excelente segundo semestre de 2014 ni la regular primera parte de 2015. Las cabeceras en papel han reducido pérdidas e incluso algunas han logrado entrar en mínimos beneficios durante este periodo, pero parece que estamos ante un nuevo estancamiento del sector. Las previsiones preliminares de las agencias de medios y del sector indican que el el crecimiento en los siguientes seis meses será –como mucho- del 1%, un dato que no es suficiente y que enfría las expectativas.
Las cifras respecto del primer semestre en prensa son dispares. Por un lado, Infoadex indicó que han ingresado 278,6 millones de euros, un 1,5% menos de inversión comparada con las cifras de hace un año. Por otro lado, Arce Media y su I2P indican que este sector ha ingresado 309 millones de euros en los primeros seis meses del año, un alza del 1,9%. En este contexto las fuentes del sector indican que el segundo semestre no será mucho más positivo y que es muy probable que en el mejor de los casos el alza de ingresos publicitarios sea cercano al 1%.
De esta manera, en la suma del año completo los ingresos por publicidad de los diarios estarían cerca de los 620 millones de euros, levemente por encima de 2014, pero muy lejos de los más de dos mil millones que llegaron a ingresar en 2007. Estos datos no son buenos, ya que a pesar de que ya no se pierde dinero, los diarios ven pasar la recuperación publicitaria en otros soportes, pero sin experimentar ninguna mejora significativa.
Y es que en este mismo periodo la televisión sigue creciendo sobre el 10% de manera imparable, al igual que Internet. Lo mismo pasa con la Radio, un soporte que tradicionalmente no experimenta grandes variaciones, pero que podría estar cerca del 9% al cerrar este 2015. El único salvavidas que tiene la Prensa antes de acabar el año son las Elecciones Generales que podrían dar un impulso institucional a sus presupuestos publicitarios.
No obstante, para ello deben ser fieles a Moncloa. Ya que según sabemos el PP ha prometido algunos recursos adicionales para centrar el foco de sus publicidades electorales en el formato papel. Y los grandes editores se aferran a un clavo ardiendo ya que por sí solos, sus negocios ya no son rentables.